Capítulo 52

1.3K 74 9
                                    

Narra Vane

-¡Joder! ¡Mis chicas se me casan! Sigamos celebrando.- Grité emocionada.

Era la quinta botella de champange que abríamos, así que ya estábamos algo "alegres"

-Paren, paren, paren. No estoy preparada psicológicamente para esto.- Dijo Pau poniendo una mano sobre su pecho.

-¿Estas bien amiga? De verdad.- Preguntó Gaby a Nali riendo.

-Pero es que, o sea...- Pau hizo una pausa. -¡Nali se casa! O sea, ¡Nali se casa!- Lo decía cada vez mas fuerte.

-¡Y lo va a hacer antes que ustedes! Esto es demasiao.- Agregó Amparo riendo y señalándonos a nosotras.

-¿Por qué nos casaríamos nosotras antes?- Preguntó Malú tentada. -Además, así como vamos, estamos complicadas, tías.-

Quería matar a Amparo ahí mismo, rogando que no hablara de mas, al fin que estábamos en un punto incierto con Malú.

-Totalmente, somos solo amigas. No tenemos planes, ni na'. Es mas, ni se que va a hacer mañana, fíjate.- Respondí riendo.

-Hacerte el amor ¿qué no? Bueno no, tú a mi que me lo debes por el mal trago de hoy.- Dijo Malú luego colgándose de mi hombro y besándome.

-No tengo obligación alguna.- Correspondí a su beso.

-Ay, ya, ya, paren. No son nada, pero se la pasan a besos y cariñitos, ¡ya tías!- Gritó Ana.

-Además, acá lo que importa, es que ¡Nali se casa! ¡La que nunca se iba a casar!- Yo estaba muy tentada.

-Ya, ¿pueden parar?- India se acercó a Nali por la espalda y la abrazó por el hombro, dándole un beso en la mejilla. -Con lo que me costó convencerla, me la van a espantar.-

-Ya me estoy arrepintiendo.- Esta vez fue Nali quien habló.

-¿Tú? ¡Ja! Alto, que debo decir algo importante.- Malú se puso seria y tomó a Jenny de la mano. -Amiga, de verdad, todavía estas a tiempo. ¿Eres conciente? Es Nali, tú me lo dices y salimos a correr ahora mismo.- Dijo y todas estallamos de risa.

-Pero por favor, cásense después que Gaby ¿si? Que ya mucho estrés tenemos.- Pidió Amparo.

-O se ponen de acuerdo con ellas y lo hacemos todo de una.- Ana nos señaló a nosotras.

-¡Tías, que Vanesa y yo no nos vamos a casar! Simple, así que no os mortifiquéis.- Dijo Malú. -Yo creo que estamos mejor solas, así, siendo nada ¿no?- Preguntó levantando una ceja.

Asentí y bebí un largo trago de champagne... "siendo nada".

-Es que yo ya la hacía declarándose a Vane, con todo eso de...-

-Ya, ya, ya Anita- Interrumpí. -Bebiste mucho ¿vale? No nos vamos a casar, ni ahora, ni nunca, vosotras tranquilas.- Sonreí algo incomoda.

Narra Malú

-Ni ahora, ni nunca.- Enfaticé. Un nudo se me formó en la garganta.

-Francis pasa por mí en unos minutos. ¿Alguien necesita transporte? Que no andamos para serenatas, menos para manejar.- Dijo Amparo.

-Ale me busca y llevamos a Pau de paso.- Comentó Gaby.

-Yo voy con Berta.- Habló Ana.

-Llévame a mi Amparo, que te quede de camino ¿si? Ana puede llevarte a ti.- Dijo Vane dirigiéndose a mi.

-¿No nos vamos juntas?- Susurré para que las demás no escuchen.

-Mejor nos vemos mañana, amiga, u otro día, no lo sé.- Dijo dándome un pequeño golpe en el hombro y saliendo de la casa.

Estaba muy desconcertada, ¿le habría molestado el comentario? ¿O en realidad ya no quería nada conmigo y por eso dijo lo de "ni ahora, ni nunca"? ¡Joder! Demasiadas cosas y mi cabeza dada vuelta entre preguntas y alcohol. Llegamos a mi casa luego de unos minutos, me despedí de las chicas, subí a mi departamento, me tiré en la cama con Danka a mi lado.

*¡Joder! Y yo que pensé que estaría contigo esta noche.* Le envié un mensaje de whatsapp.

*Duérmete, María Lucía.*

*No puedo, no sin ti.*

*¡Que mentirosa eres! ¿Y como lo hiciste todo este tiempo ¿ah?*

*Pues con una camiseta tuya.* Tomé una foto de su camiseta y se la mandé.

*Ahora entiendo porque no la encontraba, jajaja. Bueno, abrázate a ella y hasta mañana*

*Es que ahora que he vuelto a dormir con la dueña de la camiseta, esto ya no es lo mismo ☹.*

*Entonces ven, sabes donde encontrarme.*

Narra Vane

No respondió mas, seguro se había quedado dormida, yo no fui a mi casa, no quería hacerlo, de nuevo ella en mi vida dando vuelta todo, de nuevo y con más incertidumbres que certezas. Prefería estar en la casa que había sido testigo de nuestro "regreso" y al final, después de tanto pensar, tal vez era mejor ser solo amigas, ya una vez lo hicimos todo rápido y la pasamos fatal, quizás sin compromisos, como habían sido mis relaciones siempre, era mucho mejor.

Estaba tirada en la alfombra con mi Carmelita a mi lado, escuchando algo de música, cuando la puerta se abrió.

-¡Oye! Si estas aquí. Adiviné.- Dijo Malú.

-¿Cómo entraste?- Pregunté sorprendida.

-Me diste una llave, tonta.- Respondió riendo. -Hola mi niña guapa.- Saludó a Carmela. Luego se tiró sobre mí y me besó.

-Ay ya, que apestas a alcohol.- Dije sentándome y evitando reírme.

-Ah ¿y tu no?- Se puso a horcadas sobre mí.

-Oye, estas invadiendo mi espacio personal, sin mencionar mi casa.-

-Nuestro refugio de amigas, cariño, deja que te lo recuerde.- Volvió a besarme.

-Claro, vale. ¿Quieres algo de tomar?- Pregunté y me levanté.

-Espera, espera. ¿Qué sucede? ¿Te molestó lo que dijimos hoy? ¿Del casamiento y eso?-

Me quedé en silencio mirándola a los ojos unos segundos.

-No es eso Malú, es solo que, hace unos meses yo...- Me detuve.

-¿Tú qué? Dilo por favor.-

-Olvídalo ¿para que complicarnos con cosas del pasado, eh? Al fin que vamos a estar mucho mejor como amigas, sin compromisos, sin sentimientos, sin nada que nos complique.- Besé su frente.

-Sin sentimientos, sobre todo.- Enfatizó algo borde y se alejó.

-Ah ¿qué quieres? ¿Que te diga que te amo? Debes estar loca, amiga mía.- La abracé por la espalda y besé su cabello. -Yo solo te odio, muchísimo.-

-Ah, mira, pues yo te odio mucho más. Y ¿sabés que malagueña? Hace meses yo también...- Intentó decir algo pero se detuvo. -¡Tú y tu pasado oscuro! ¡Tramposa! No hizo más que complícanos el día.- Cambió de tema.

-¿Mi pasado oscuro? Eres una cara rota- Dije mientras empezaba a besarla.

La tomé por la cintura y la levanté levemente llevándola al baño.

-¿Qué... qué haces malagueña?- Dijo sujetándose de mi cuello.

-Me metiste en la ducha helada hoy, no te salvas ahora.-

-No, no, no, ¡para!-

Y entre gritos y risas llegamos a la ducha, abrí el grifo, la metí primero, dejando que se moje entera y me metí yo luego.

-¡Está heladísima! ¡Joder!- Gritó.

-No te preocupes niña, que ahora mismo hago que te pase el frío.- Tiré su camiseta y empecé a besarla.

-Te odio demasiado, malagueña, no te imaginas cuanto.- Tragó saliva al decir esto y me abrazó con fuerza.

La besé desnudando su piel y su alma y me encargué de hacerle el amor como si no hubiera mañana, porque es así como sería de ahora en más, ella y yo, siendo todo, sin ser nada.

A veces la vida improvisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora