Capítulo 50

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Narra Malú

-Esa pared, de rojo.- Dije.

-¿Cómo que de rojo, gorda? No, es horrenda, no va con el resto de las cosas que quieres acomodar.-

Estábamos tiradas sobre la alfombra, yo recostada sobre su pecho y ella acariciando suavemente mi espalda. Nos pasamos todo el fin de semana encerradas, recuperando el tiempo perdido, divagando en ideas sobre un futuro incierto, dedicándonos de imaginar como sería nuestro "refugio de amigas".

-Es mejor que el amarillo que quieres tú.-

-Vale, hagamos un trato, tú te encargas de decorarla a tu antojo, con que me dejes un lugar para mis guitarras, estoy feliz.- Sacó una llave de su bolsillo y me la pasó.

-¿Qué... como que...? ¿Tenías una llave?- Pregunté boquiabierta.

-Obvio, es mi casa.- Respondió riendo.

-¡Malagueña tramposa! Me engañaste.- Dije poniendo una mano en mi corazón.

-Sip, debo admitirlo... pasarme todo un fin de semana haciéndote el amor a mi antojo...- Se encogió de hombros y rió, yo me puse sobre ella y empecé a besarla.

Narra Vane

Malú me pidió que la llevara a Sony el lunes temprano en la mañana, como ella misma dijo, ahora éramos solo amigas, pero quería que todos vean que, sea lo que sea que fuésemos, estábamos juntas. A mi me dio mucho gusto.

-¿Te busco esta noche?- Pregunté tomándola de la cintura y acercándola a mi ante la mirada de Rosa.

-Claro, espero ansiosa.- Respondió besándome. -Adiós guapa.- Tras esto se fue.

-Espera Vanesa, no te vayas.-

Me giré y era Melendi quien estaba ahí, claramente venia con las luces de la noche anterior porque apestaba a alcohol.

-Melen, ¿Cómo estas? Wow, wow, wow.- Dije sujetándolo para que no caiga.

-Le valió, le valió todo ¿sabes?- Dijo arrastrando las palabras.

-Mejor te llevo a casa, sube al coche.-

-Que coche, ni que nada. Le valió todo lo que hice, porque regresaste, no le importaron las cenas románticas, ni que haya viajado a México... ni siquiera los besos que nos dimos.-

-¿De qué demonios estás hablando? ¿Besos? ¿Qué cojones dices Melendi?- Pregunté enojada.

-Que yo le preparé cenas a la luz de las velas, le di besos al ritmo de Sabina, viajé a México por ella, pero le valió todo, tú llegas y ella se olvida que existo.- Dijo y cayó al suelo.

No daba más de la borrachera que tenía encima. Su asistente llegó y se lo llevó y yo me quedé con un mar de dudas, ¿qué cojones quería decir eso? Se supone que ellos nada de nada, ella me lo aseguró y ¿resulta que estuvieron juntos en México? La rabia comenzaba a carcomerme.

Narra Malú

Vane me buscó cerca de las 8, íbamos a vernos con las chicas, teníamos que ponernos al día, sabia que nos iban a llover un mar de preguntas.

-¡Hola guapa!- Dije efusiva apenas verla.

-Amiga, ¿Cómo estas?- Respondió seria.

-¿Todo bien, amiga?- Me acerqué intentando besarla, pero apartó la cara y se adelantó a abrir la puerta del coche.

-Sube, las chicas nos esperan.-

No me habló durante el camino, estaba seria y yo no entendía nada de lo que estaba pasando. Llegamos y todas nos recibieron a besos y abrazos, felices. Nos reunimos en casa de Jenny.

A veces la vida improvisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora