Asier caminó hacia su, pronta a ser antigua, empresa con más confianza de la que había sentido cuando salió hace varias horas.
Tenía su carta de renuncia en el bolsillo, escrita y en un sobre con ayuda de Thibaut. Aún estaba indeciso de ser aceptado por ML, sabía que podría pasar la entrevista, sabía que podía con el trabajo y se adaptaba fácilmente a los entornos, pero su duda iba sobretodo porque eso significaría ser empleado del hombre con el que estaba teniendo una relación, si las cosas terminaba mal entre ellos, esperaba que no afectará su trabajo. Y eso siendo optimista de que consiguiera el trabajo.
Asier suspiró, intentando bloquear su mente a todos los malos escenarios que podrían haber en el futuro, se centraría en el ahora.
Ignoró como siempre la mirada de sus compañeros cuando volvió a entrar luego de su vergonzosa salida, incluso sonrió cuando comenzaron a murmurar, una pequeña parte de él sintió extrañaría a esos idiotas, era cuando menos esperaban de él que más quería esforzarse, pero luego recordó el odio y el tenso ambiente de siempre, el cómo no se podía descuidar, él como esa gente se reía, y creía ese malentendido de él siendo un traidor. Los miró y sacudió la cabeza, habían intentando hacer su vida imposible, y lo estaban logrando, pero tarde o temprano ellos serían los que terminarían amargandose la vida, si es que no estaban haciéndolo ya.
Tocó la puerta del gran jefe, y entró apenas distinguió el adelante a través de la puerta.
Dmitro parecía sorprendido de verlo de nuevo y luego sonrió mientras se levantaba.
― ¡Sabía que recapacitarías! eres demasiado inteligente para esos arrebatos.
Asier sonrió, sin poder evitar sentirse un poco feliz, pero era el hombre al que le había trabajado años, por él que se había desvelado y esforzado para mantener la posición de la maldita editorial ¿Y para que? Para que no confiaran en él y lo dejaran debajo de los idiotas de allá afuera con tal de proteger su empresa, lo entendía, pero no por eso dejaba de doler esa poca confianza en él.
― Señor, solo vine a dejar esto― Dejó el sobre con su renuncia sobre la mesa, su palma golpeó más fuerte de lo que esperaba en el gran mesón―. Firmaré a penas tenga mis papeles de renuncia, me da igual cuanto me den, solo espero que sea justo por mi esfuerzo de estos últimos años, espero al menos contar con que dará buenas referencias sobre mi.
Lo miró, intentando no sentir odio y rabia, ver al jefe para el que había estado tan orgulloso de trabajar, el único cuando postuló como Omega que pareció creer en su habilidad.
― Asier, no te precipites― El hombre vio el sobre como si temiera tocarlo y descubrir que mordía.
― Lo pensé muy bien, incluso dormí, es la mejor decisión que puedo tomar.
― ¿Por qué? Mantendrás tu trabajo, incluso si sales con ese sujeto, y mantendrás tu posición si terminas con él.
― Porque no trabajaré en una empresa donde me odian y no confían en mí. Ya me cansé, odio llegar a un trabajo donde todos hablan mal de mí y a que a nadie le importe, odio trasnochar y esforzarme para recibir más burlas y odio, y odio más que nada que cualquiera intente manipular mi vida ¡y siento que está manipulando mi trabajo según con quien salgo!
― Asier, tienes que entenderme, confió en ti, eres mi mejor trabajador, pero no puedo...
― Lo entiendo, y espero que me entienda también, estaré haciendo entrevistas y postulando a distintos trabajos los días que vienen, si recibe una llamada, espero que diga algo bueno de mí, al menos puede hacer eso ¿no?
Dmitro lo miró, como midiendo lo firmé que estaba en su decisión, luego suspiró, y asintió lentamente.
― Por supuesto que lo haré, lamento que sea tu decisión, pero lo entiendo.
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Omega infértil [Terminada] ©
Short StoryEn un mundo donde ser Omega va unido a tener hijos Asier intenta buscar su propia felicidad. Ser un omega infértil no es fácil, ser feliz con serlo es incluso peor, intentar buscar un Alfa que entienda que nunca le dará una familia es casi una misi...