Capitulo 2

22 1 0
                                    

Al otro día en el reino estaba todo preparado para la tortura de los prisioneros, el Rey estaba frente a un espejo vistiéndose, esperando a Barai ansioso para iniciar el castigo a los prisioneros.

- Barai ¿Dónde diablos estás? – Pensaba el Rey.

El Rey decidió caminar hacia la sala del castillo, allí vio a nana.

- Nana ¿Has visto a Barai?

- No sir, ¿Se trata del castigo?

- ¿Cómo lo sabes?

- ¿Para qué más harían todos estos preparativos? Los prisioneros de ayer, se que lo matará frente al pueblo.

- No los mataré, solo serán castigados.

- Eso ni usted mismo lo cree.

En ese momento entró Barai a la sala y vio al Rey hablando con nana.

- Rey, ¿Está listo? – Preguntó Barai.

- ¿Qué si estoy listo? - Preguntó el Rey sarcásticamente.

- Perdone mi pregunta Rey, los prisioneros están preparados y el pueblo está presente. – Dijo Barai con la cabeza abajo.

- Muy bien. Nana cuando Jayn despierte no lo dejes salir.

- Rey ¿No cree que Jayn deba estar presente? – Preguntó Nana.

- Obedece.

El Rey y Barai salieron del castillo, mientras iban caminando el Rey a una distancia no muy alejada vio lo instrumentos que se usarían para torturar a los prisioneros.

- Barai, ¿Estás consciente de que morirán? – Preguntó el Rey despreocupado.

- Sí, pero Rey ¿Cree que es buena idea?

- ¿Crees que no lo es? Si no los mato pueden hablar.

- Solo hay que tenerlos aislados, que no tengan comunicación.

- No me arriesgaré, hoy morirán los tres.

Barai y el Rey llegaron. Frente a ellos estaban los tres prisioneros encadenados. El Rey los miró y exclamó:

- Hoy, ¡¡Cumplirán su sentencia!! ¡¡Frente a todos los súbditos del pueblo!! ¡¡Se les recordará lo que le sucede a quienes desobedecen!!

El Rey Arthur miró a Barai fijamente.

- Barai! Pásame al primer prisionero, yo mismo le aplicaré su respectivo castigo a cada quien.

Barai observó a los tres prisioneros y tomó a Maikel por un brazo.

- Eres el primero, nadie te mandó hablar de lo que no debías. – Le dijo Barai susurrando.

Barai llevó a Maikel frente al Rey. Maikel miró al Rey asustado pensando todo tipo de cosas que podían suceder.

- ¿Este es el final? ¿Moriré aquí? ¿Este es el resultado de mis actos? – Pensaba Maikel.

Maikel levantó la cabeza y vio al Rey con una daga en la mano, asustado se tiró al piso gritando.

- ¡¡No!! ¡¡No!! ¡¡No!!, No me mates, ¡¡no!! ¡¡No me mates!!

El Rey soltó una pequeña carcajada.

- Barai levántalo y tráelo acá.

Barai obedeció, levantó a Maikel y lo llevó frente al Rey. El Rey levantó la daga y le hizo seña a Barai que le diera una vuelta a Maikel, Barai obedeció, puso a Maikel de espalda, el Rey bajó el brazo rápidamente y le hizo una herida a Maikel. Maikel dio un grito fuerte.

El Príncipe Maldito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora