La Maldición de la Quimera.

02.

El sudor corría como pequeños riachuelos por los costados de su rostro. Su acelerado corazón era udible en sus oídos.
Corría rápidamente hacia su casa en el espeso frío de la mañana.

A pesar de no tener nada en su estómago, detuvo el rápido andar, sentía que en cualquier momento vomitaría. Estaba asqueado.

Miles de escenarios llegaron a su cabeza. La principal, pensó que quizá había sido drogado y luego violado.
Pero desestimó al recordar la serenidad de aquel hombre.

Silenciosamente entró a su casa, su madre estaba dormida en el sofá. Mentalmente llevó la palma de su mano al rostro. Su madre le había pedido que llamase, estaba en problemas.

No sabía qué hacer, se debatía en despertarla y escuchar el regaño o solo subir, tomar una ducha y bajar de nuevo. Optando por lo segundo comenzó a subir las escaleras.

—Teníamos un trato, Luhan.

—Lo sé, lo siento.

Su madre estaba hecha una fiera. Pero eso era lo menos que a Luhan le importaba. Se sentía ancioso, molesto y sofocado por no saber qué fue lo que realmente sucedió.

—Saldré un momento, iré dónde KyungSoo.

—No, estás castigado Luhan. No más salidas hasta nuevo aviso.

Su padre fue quien esta vez habló. A él no parecía molestarle en absoluto lo que su hijo había hecho, pero como una manera de apoyo a su madre interpuso la penalización.

—Pero debo hablar con él.

—Dile que venga, pero no saldrás de casa.

Frustrado asintió, pidió permiso y se retiró de la mesa. El plato de comida estaba casi intacto.

Obviamente, como cualquier buena madre, notó la extraña actitud de su hijo. Temiendo lo peor, que la noche anterior Luhan finalmente hubiese hecho algo estúpido.

No transcurrió mucho cuando KyungSoo estaba frente a su casa, después de saludar a la pareja subió al cuarto de su mejor amigo. Durante el camino a su casa, planeó mil formas de pedir disculpas y cómo explicar lo sucedido el día anterior.
Una cabeza calienta da rienda suelta a una lengua hiriente.

—Luhan.

KyungSoo tocó con sus nudillos la puerta de la habitación.

—Pasa.

Se sorprendió al notar el mal aspecto que su mejor amigo tenía. Unas grandes ojeras y el cabello despeinado. Metido entre las sábanas, levantó la vista para encontrarse con la mirada sombría de su mejor amigo.

—Yo... Quiero disculparme por lo de ayer, estaba muy molesto y-

—KyunSoo –Luhan le interrumpió –Lo de ayer me vale mierda, necesito contarte algo.

Perezosamente se incorporó y dio un pequeño espacio en la cama a KyungSoo.
No sabía por dónde comenzar. Y KyungSoo comenzaba a asustarse, la manera en que Luhan hablaba le preocupaba.

—Habla, me estás asustando.

Luhan permanecía callado, buscando aún las palabras indicadas.

—Anoche le fui infiel a Delireba.

KyungSoo soltó una carcajada. No podía entender porqué tanto misterio. Además, estarían a mano, ya que la novia de Luhan lo hacía incontables veces.

—Lo siento, pensé que se trataba de algo peor.

Luhan parecía ofendido, lo había llamado para que lo ayudará. No para que se burlara.