06.

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Desde el caso de Luhan, su cerebro no ha parado de maquinar como una locomotora. La investigación sigue, sin embargo, no ha encontrado nada que pueda incriminar al rubio o declararlo completamente inocente.

Algo era claro, necesitaba despejar su mente.

Pero nuestros deseos y el destino, algunas veces, no siempre confabulan a favor.
No podía continuar evadiendo a Irene.
Así que ahí estaba la pequeña rubia, a la espera del hombre alto de hombros anchos.

—Irene –Sehun saludó con una sonrisa – ¿Te he hice esperar mucho?

Negando, con una sonrisa apenada en su rostro, le sonrió.

—Recién he llegado, no te preocupes.

Usualmente Irene suele ser hablantina, por naturaleza, curiosamente esa tarde estuvo pensativa y callada.

— ¿Sucede algo?
Sehun notó la tención que se adueñó de su cuerpo, y aunque no lo miró, guardo silencio mientras movía lento su refresco.

—Es solo que... ¿Estaremos bien?

— ¿A qué te refieres?
Irene continuaba mirando su refresco, su semblante estaba desolado, serio y triste.

Irene tomó una gran bocanada de aire, trató de relajarse y se armó de valor. Lo siguiente era algo que Sehun no se esperaba.

—Estoy enamorada de alguien más.

Sehun parpadeaba repetidas veces. Aquello era una muy buena noticia para él, pero Irene parecía sentirse culpable.

—Pues... Ya que estamos haciendo confesiones –Tragó grueso y Irene sonreía sin dejar de mirarlo –Me gustan los hombres, también.

—¡Ja! ¡Lo sabía! –Irene había dadó una fuerte palmada a la mesa, llamando la atención de los demás, Sehun estaba sorprendido.

— ¿Cómo que lo sabías?

Sehun estaba nervioso, realmente no esperaba que Irene supiera sobre aquel tema. Él se había encargado de ser sumamente cuidadoso.

—La persona que me gusta, ella una vez dijo haberte visto con un hombre en uno de los clubes, besándose. Recientemente.

Decir que palicedió era poco, Sehun se había convertido en un auténtico fantasma.

Entre el silencio repentino y la música de fondo, ambos suspiraron para luego terminar entre risas, gracias a la coincidencia.

—Entonces Sehun –Irene volvió a hablar – ¿Qué haremos? –Había cierta súplica por hacer algo para impedir el matrimonio –Mira, yo de verdad no quiero casarme... No contigo.

— ¡Auch!

Sehun llevó su mano al pecho, simulando una herida provocada por las palabras de su acompañante.

—No me malentiendas –Irene habló entre risas –Al principio me planteaba la idea de que nuestro matrimonio podía llegar a funcionar, hasta pensé seriamente en dejarlo a él –Hacía referencia a su enamorado –Pero mis amigas fueron claras, y tienen la razón, no sería feliz. Incluso, cuando Bo Gum me comentó sobre tus salidas con otro chico, al principio me enfandé con él porque creía que me estaba mintiendo para sacar las ideas del matrimonio de mi cabeza, pero luego trató pruebas. Fue ahí donde me di cuenta que lo nuestro no va a funcionar. 

—Entonces, Bo Gum... ¡Vaya!

Un fuerte rubor golpeó las mejillas de la joven. Aquello era más que una prueba de cuan era real su amor por otro joven, tan solo mencionó su nombre y su cuerpo reaccionó a él. Sehun claramente no tenía derecho a interponerse a ese amor. Así signifique que su padre le desherede.
No le estaba quitando la vida, lo más importante. Él lograría levantarse y ser tan exitoso, incluso más que su padre, por su cuenta.

La Maldición de la Quimera. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora