El tiempo, ese recurso tan valioso que siempre parecía faltarnos en nuestra relación. Pero, espera un momento, ¿realmente era una cuestión de falta de tiempo o más bien de prioridades mal alineadas?
Recuerdo esos días en los que nos veíamos apenas seis veces al mes. Y aunque parecía una cantidad decente, la calidad dejaba mucho que desear. ¿Por qué? ¡Porque la mitad del tiempo estabas más pendiente de tu celular que de mí!
¡Sí, así como lo oyes! Mientras yo intentaba tener conversaciones significativas contigo, tú estabas ahí, absorto en tu pequeña pantalla, como si tuvieras una relación más apasionada con tu teléfono que conmigo. Y el resto del tiempo, ¿qué hacíamos? ¡Hablar por mensajes! ¡Oh, qué romántico!
Y sabes qué, eso me molestaba. Pero, ¿adivina qué? La culpa no era solo tuya. Debería haberme dado cuenta de que tu prioridad no era yo, pero ya sabes cómo es el amor, a veces te nubla la vista y te hace creer que estás bien con migajas de atención.
Pero adivina querido, ¡ya no estoy dispuesta a conformarme con migajas! Me merezco a alguien que haga tiempo para mí, que esté presente de verdad, no solo físicamente, sino también emocionalmente. Así que si necesitas seguir enganchado a tu celular, adelante, pero yo seguiré buscando a alguien que me mire como si fuera la cosa más importante del mundo.
¡Ah, el amor verdadero, qué hermoso es!
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Futuro Ex: Un Mensaje y Adiós
KurzgeschichtenAquí estoy, en mi santuario personal, sentada frente a mi escritorio con mi teléfono en mano, preparándome para una tarea que ningún libro de etiqueta aborda: terminar una relación por mensaje de WhatsApp. Después de hacerme mil preguntas y analizar...