Razón 3: ¡Celos enfermizos!

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Ah, los celos, esa mezcla tóxica de inseguridad y desconfianza que convertía nuestra relación en un campo de batalla. Sinceramente, los celos no son el condimento secreto para una relación exitosa, ¡son el veneno que la destruye lentamente!

Tus celos, mi querido ex, eran como una enfermedad crónica que no quería curarse. ¿Qué tal eso de prohibirme hablar con mis amigos o insistir en revisar mi celular como si fueras un detective obsesionado? ¡Siempre estábamos peleando por ese motivo!

Recuerdo tus acusaciones absurdas. ¿En serio pensabas que tenía una agenda secreta llena de citas clandestinas? ¡Por favor! La verdad es que nunca te permití tocar mi celular no porque estuviera ocultando algo, sino porque es algo privado que cada persona tiene derecho a proteger.

Querido ex, déjame aclararte algo: la confianza es la base de cualquier relación saludable. Si estás con alguien es porque confías en ellos, no porque necesites convertirte en su carcelero personal. Así que si alguna vez decides dejar atrás tus delirios de celos, quizás puedas tener una relación sin drama, pero por ahora, me alegra estar libre de esa carga emocional.

¡Adiós, celos enfermizos, no te echaré de menos!

Futuro Ex: Un Mensaje y Adiós Donde viven las historias. Descúbrelo ahora