El amor propio, esa cosa maravillosa que todos deberíamos tener en nuestras vidas, pero, ¿sabes qué no es maravilloso? ¡Cuando el amor propio se convierte en narcisismo desenfrenado! Y, amigo mío, tú eras o mejor dicho eres el maestro en eso.
Siempre recuerdo tus monólogos sobre lo increíblemente guapo y perfecto que eras. ¡Oh, sí! No había día en que no te miraras al espejo y no te lanzaras un "te amo" a ti mismo. Y claro, yo, como tu acompañante en este viaje de egolatría, tenía el privilegio de escuchar todo sobre lo afortunada que era de estar a tu lado. Qué honor, ¿verdad?
Después de tu sesión diaria de halagos personales, llegaba el momento en que te convertías en el crítico de moda y apariencia número uno. ¿Mi forma de vestir? ¡Pff! Según tú, necesitaba más "pretenciosidad" en mi vida. Pero espera, ¿no era precisamente tú quien se enfadaba cuando me arreglaba demasiado?
¡La hipocresía en su máxima expresión!
¿Quién te entiende, verdad? ¡Oh, querido ex! Si tan solo hubieras dedicado la mitad del tiempo que gastabas en admirarte a ti mismo en realmente comprender a los demás, tal vez habríamos tenido una relación un poco más equilibrada. Pero bueno, supongo que el amor propio es importante, ¡pero no tanto como para ahogar al resto del mundo en él!
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Futuro Ex: Un Mensaje y Adiós
ContoAquí estoy, en mi santuario personal, sentada frente a mi escritorio con mi teléfono en mano, preparándome para una tarea que ningún libro de etiqueta aborda: terminar una relación por mensaje de WhatsApp. Después de hacerme mil preguntas y analizar...