Capítulo 16

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Noté cómo dos adultos fijaron sus miradas frías en mí en cuanto me vieron aparecer al girar en la esquina que había en la habitación de hospital de Jeno. No deberían de ser muy mayores, tendrían aproximadamente 46 años y vestían de una manera realmente arreglada. Para ser sincera, ambos eran realmente atractivos.

Jeno me miró de hito en hito un tanto sorprendido por mi visita sorpresa. Tragué salva al ver el ambiente tenso que había creado con mi presencia... o tal vez ya estaba así.

-Buenos días -saludé mientras hacía una reverencia en dirección a los adultos como muestra de respeto. 

Ellos apenas reaccionaron y se limitaron a mirarme con una mueca seria. 

-¿Quién eres? -me preguntó la mujer para luego girarse hacia Jeno-. ¿Conoces a esta chica, Jeno?

Él asintió lentamente mientras tragaba algo. Estaba colocada frente a él la mesa que usábamos para comer los dulces que traía; pero esta vez no había más que un vaso de agua con una caja de pastillas abierta.

-Ella me trajo al hospital. Ha estado visitándome desde que vine, mamá -dijo él con una voz que se iba apagando conforme terminaba de hablar.

Parecía que su madre le asustaba... aunque tampoco me sorprendía, pues aquella mujer se hacía imponer.

-Entonces sabes qué ocurrió para que llegase mi hijo al hospital, ¿no?

Asentí con la cabeza lentamente y la madre de mi amigo me hizo un gesto para que comenzase a hablar.

-Iba en el autobús y vi que Jeno estaba mareado y le di un chicle de sandía y yo no... -continué hablando, pero aquella mujer me interrumpió antes de que pudiese terminar de contar toda la historia de lo ocurrido en el autobús.

-Así que, ¿eres tú la razón por la que mi hijo está ingresado en este lugar? -me fulminó el padre con la mirada.

-¡No! No es eso, ni muc... -de nuevo, no me dejaron hablar para sacar sus propias conclusiones.

La mujer se levantó de la silla y se aproximó a mí, para luego tirar de la bolsa de papel oscuro de la pastelería que tenía agarrada con la mano izquierda. Se alejó de mí antes de que pudiese arrebatársela de las manos.

-Por favor, ¿podría devolverme la bolsa? -tensé mi mandíbula, ya que aquel matrimonio estaba logrando ponerme bastante nerviosa.

La madre de Jeno abrió la bolsa de golpe y comenzó a observar detenidamente su contenido. La mueca de asco poco tardó en ocupar todo su rostro. Por el rabillo del ojo pude ver a Jeno disculpándose con la mirada por el desagradable comportamiento de sus padres. 

La madre se aproximó a una basura que había en la otra esquina de la habitación y no dudó en abrir esta y tirar la bolsa en su interior. La miré sorprendida por lo que acababa de hacer. ¿Debería decirle que había comprado todo eso con el dinero que su hijo me había dado?

-¿Por qué ha hecho eso? -exclamé ya harta.

-Mi hijo no come esas porquerías llenas de azúcar. Además, ya ha desayunado.

-Pues que lo meriende -le recriminé cruzándome de brazos.

-Mamá, ¿por qué has hecho eso? -Jeno intervino al fin.

-No conoces a esta niña de nada, siempre te he dicho que no te fíes de los desconocidos. Y por su culpa estás aquí. Además, no te dejo comer esos bollos industriales -la mujer se aproximó de nuevo a la silla y se sentó sobre esta, cruzando sus piernas.

-Mamá no fue su culpa, y yo le di dinero el otro día pa... -su madre realmente no dejaba hablar a nadie.

-¡¿Le has dado dinero a una desconocida?! -exclamó ella enfadada por lo que había dicho previamente su hijo. Él asintió todavía molesto con el comportamiento que había tenido su madre hacia mí-. ¿Cuántas veces te he dicho que o te fíes de los desconocidos?-parecía que en cualquier momento iba a reventar. 

Bajó la mirada a su reloj y llenó sus pulmones de aire lentamente para tranquilizarse. 

-Yo ahora tengo una reunión con el coordinador de la revista y tu padre me va a llevar, así que nos machamos ya, y tú -me fulminó con la mirada- saldrás del hospital con nosotros. Ya hablaré con lo de recepción para que no te vuelvan a dejar pasar a la habitación de mi hijo.

-¡Pero mamá...! -comenzó a exclamar Jeno antes de que su madre le interumpiese.

-¡Jeno cállate! -chilló ella-. Suficiente ya con lo de que le has dado dinero a esa niña -me señaló con la mirada-... Vayámonos, cariño.

Su marido se levantó del sofá y nos acompañó a su esposa y a mí a la salida. Por el rabillo del ojo volví a ver a un Jeno preocupado. Por su expresión parecía que estaba realmente harto de su madre. Una vez fuera del dormitorio de Jeno, me apresuré para no tener que bajar de nuevo a la recepción del hospital en compañía de aquel horrible matrimonio. 

Corrí por las escaleras y logré salir de aquel edificio sin volver a ser vista por los padres. 


-Buenos días -el chico que había frente al ordenador levantó la cabeza tras ver a un matrimonio frente a su enrome mesa mesa llena de papeleo-. ¿Puedo ayudarles en algo?

-Buenos días. Quería asegurarme de que no volverán a dejar pasar a una chica joven con el pelo ______ a la habitación 321 de Lee Jeno. Creo que ya ha venido más de una vez, pero no estoy muy segura.

-¡Ah! Ya sé quién dice. Tranquila, me aseguraré de que no vuelva a entrar a su habitación -el chico volvió a fijarse en su pantalla de ordenador tras haberse despedido del matrimonio con una leve inclinación de espalda y una sonrisa.

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AEOWIRJMTAIL YA HE VUELTO CON UN CAPÍTULO NUEVO PARA VUESTROS BODYS 7w7 ESPERO QUE OS ESTÉ GUSTADO EL FIC MUCHO!!! Y siento que la historia vaya tan lenta, de ahora en adelante, haré que todo vaya más rápido para que os aburráis menos!!! ^^ Siento mucho que se haya hecho tan pesado ;-;

P.D: A quién habéis votado en los MAMA??? Yo a mis chogireyes 7w7

Chewing Gum [Jeno & Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora