Capítulo 4

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Le miré detenidamente de una manera un tanto discreta para que este no se diese cuenta. Tenía el rostro más pálido con cada segundo que pasaba. De repente sacó una botella de agua fría de su mochila: él era un estudiante. Al ver todo el agua en un enorme bloque de hielo me sorprendí bastante: ¿cómo había podido sobrevivir a aquellas temperaturas tan altas?

Giró el tapón y le dio varios tragos al líquido que había dentro, pero no pareció aliviarse mucho, por lo que simplemente cerró la botella y se la colocó en la frente para que enfriase esta y el mareo por el cual estaba sufriendo se le pasase ya.

Tal vez podría servirle un chicle, cada vez que yo me encontraba en ese tipo de situaciones, eso me ayudaba bastante. Recordé que había revisado anteriormente mis bolsillos y había un paquete con estos, por lo que mi mano regresó a la parte trasera de mi pantalón y empezó a buscar la caja. Media sonrisa se dibujó en mi rostro cuando los encontré.

Costosa y disimuladamente los saqué y me acomodé de nuevo en mi sitio. Mi sonrisa se ensanchó al ver el sabor de los chicles: sandía, mi favorito.

Abrí la caja y saqué uno de ellos.

-Aquí tienes un chicle -dije-. A mí me ayuda mucho en estas situaciones.

Él se giró y me miró en cuanto me escuchó. Sin apenas ojear lo que tenía sobre mi mano, se lo llevó a la boca como si fuese lo único que le podría curar. Me agradeció el simpático gesto con una radiante sonrisa tratando de ocultar su malestar.

Yo me tomé otro al sacarlo de la caja y volví a guardar esta en el bolsillo trasero de mi pantalón. 

-Gracias -me lo agradeció el chico que había a mi lado-. Pero, ¿cómo supiste que estaba mareado?

-Tan solo me hizo falta ver tu cara: estás demasiado pálido. Y, además, yo me mareo mucho durante los viajes y sé a la perfección cómo está una persona mareada -sonreí mientras saboreaba mi chicle de sandía. Estaba demasiado bueno. 

A los pocos minutos, comencé a escuchar una tos realmente exagerada y me sorprendí al ver que era el chico que había a mi lado el que estaba tosiendo de semejante manera. Este no paraba por muchas palmadas que estuviese dando en su espalda para calmarle. 

De repente, se cayó al suelo, así impresionando a todos los pasajeros que viajábamos en el autobús.

Comencé a mirar en todas las direcciones que pude buscando una posible solución. Afortunadamente, conocía bien esa zona de Seúl y sabía que había un hospital cerca, por lo que la única solución que cruzó mi mente fue ir a ese sitio.

-¡Detengan el autobús! -exclamé con toda la voz que pude reunir.

Afortunadamente, el conductor me pudo escuchar y acató mis órdenes al segundo, ya que se imaginaba por qué lo había dicho: la constante tos de aquel estudiante. Ya que le había dado aquel chicle con la intención de ayudarle, lo mejor sería ya terminar con el trabajo hecho y acompañarlo al hospital... Mi hermano mayor lo entendería.

Tras pasarme su brazo por mi hombro, le ayudé a incorporarse y me coloqué su mochila en el hombro que me sobraba. Las personas nos abrieron un pequeño y estrecho pasillo por el que pudimos pasar por suerte. La puerta se abrió y salimos los dos. Aquel chico tampoco pesaba tanto.

-No tienes por qué ayudarme -dijo él entre toses-. Espera... ¿a dónde vamos? No me sé ni tu nombre -comenzó a decir él con la voz cada vez más ahogada.

-Vamos al hospital -sentencié mientras aparecíamos en la calle 

 Corrí hacia la entrada con aquel chico a cuestas y su mochila. Finalmente respiré aliviada en cuanto entramos en el edificio y acompañé al estudiante a una silla para que se sentase en ella. Sus toses no cedía, si eso, incluso aumentaban. 

Con la mirada, comencé a buscar a doctores o médicos que pasasen por aquella sala para pedirle ayuda.

-Adiós, Ten -se despidió un médico de un joven chico y rápidamente corrí hacia él.

-¡Disculpa! -logré captar su atención y él se acercó a mí a medida que yo iba hablando y señalando a el estudiante que colgaba de mis brazos-... Mi amigo está tosiendo constantemente y ha sido muy repentino todo, ¿podría decirme qué pasa?

-Necesita una cita previa para que le haga caso -se disculpó con la mirada y comenzó a alejarse.

-Por favor, que no tengo mucho tiempo -le agarré de la manga de la bata blanca que llevaba puesta y comencé a tirar disimuladamente en mi dirección.

Aquel hombre terminó por acceder y se acercó al lugar hacia el cual le estaba indicando. Tras levantar la cabeza de aquel chico y observarla detenidamente durante varios segundos, examinarle los ojos y pensar, llegó a una conclusión definitiva:

-¿Cómo te llamas? -le preguntó.

-Lee Jeno -respondió este costosamente, ya que apenas podía hablar por su brutal tos, todas las personas de la sala le miraban sorprendidos.

-De acuerdo, Lee Jeno: lo que tienes es un ataque de alergia muy brusco, tendrás que quedarte aquí el resto de tarde. Si no te damos la medicación adecuada cuanto antes, puede ir a peor el ataque -le dijo-... ¿Has comido algo que te de alergia o algo últimamente?

-Yo soy alérgico a la sandía, pero no recuerdo haber comido nada que la llevase -le explicó Jeno al doctor tras varios segundos largos tratando de hablar.

"Oh, mierda".

·♥·  

Oh mierda :vvv SIENTO NO HABER SUBIDO CAPÍTULO DURANTE TODO ESTE TIEMPO, PERO TENGO UNA EXPLICACIÓN!!!! HE ESTADO SIN WIFI PORQUE ESTABA EN LA PALYA EN UNA CASA ALQUILADA LOL NO ME LINCHÉIS, PERO YA HE VULETO PARA TRAERON MÁS CAPÍTULOS ZUKULEMTOZOZ

P.D: SJKTHKVUK NCT DREAM HACE COMEBACK!!! ALGUIEN MÁS SE QUIERE MORIR LLORANDO????

Os ama, una Keyoon que no ha podido actualizar durante mucho tiempo <3



Chewing Gum [Jeno & Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora