Derrotero Astral N°6

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Le hablé por teléfono a Heather apenas me levanté. Estaría ansiosa por saber cómo me había ido con los médicos. Mientras la llamaba, busque mi horóscopo en el diario. Trae mala suerte hablar con alguien antes de leerlo.

-Estás leyendo el horóscopo y no hablandome a mi- gritó del otro lado- te conozco... ¿como te fue ayer?

Le conté con lujo de detalles mi experiencia en aquel tubo de la tomografía y tal vez exagere un poco, pero fue para que entendiera de qué se trataba el estudio.

-Astriiiiid! -llamó mi madre.

-Desde acá escuchó a tu vieja- dijo Heather-¿y si te acompaño a la clínica hoy?

-Me encantaría, pero no creo que mi mamá quiera compartir el protagónico-nos reímos.

Dicho y hecho. La conocía de toda la vida a esta mujer. No había caso. Textuales palabras:

-De ninguna manera -dijo- esto no es un juego, así que vamos solas. Papá cuando salga del trabajo nos busca.

No discutí porque parecía estar en otro mundo; además me había pasado con eso de avergonzarla frente del médico. Iba a tener que pedirle disculpas.

Con su mejor cara de madre atenta me llevó a la clínica.

Para Mi sorpresa el traumatólogo que nos atendía un tal doctor Magurno -finalmente recordé su nombre, fue como una premonición, mi horóscopo del día hablaba de la memoria ¡creer o reventar!- hizo pasar a mi mamá y me pidió que esperara afuera. Me enferme de bronca. Si la paciente era yo ¿por que tuvo que llamar a mi vieja primero? ¡hablar entre ellos sin mí!

Menos mal que tenía unas monedas y pude sacar una latita de gaseosa de la máquina. Caminaba como una leona pensando y esperando... y papá que no llegaba para poner fin a este atropello... era de no creer que me dejaran afuera.

Al rato salió mamá con la cara más extraviada que antes. Los ojos parecían perdidos en una nebulosa y me daba la impresión de que hacía un esfuerzo sobrehumano para concentrarse en lo que estaba diciendome:

-Hija, la doctora quiere tomar una muestra de esa parte inflamada de tu pierna.

-¿Que? ¿me van a pinchar de nuevo? ¿hasta cuando? No ¡Basta! ¡se terminó! En algún momento hay que parar con esto ¿se han vuelto todos locos? fin de la conversación mamá fin de la conversación -ella sólo sacudió la cabeza- ya lo dijo el abuelo, para estos tipos somos clientes y van a inventar cualquier cosa para sacarnos plata. Es un negocio ¿te suena? -repetía todo el repertorio del nono para convencerla, sabiendo de antemano que no me haría caso.

-Deberías hablar con el médico -dijo- vamos nena, te está esperando, yo mientras tanto hago un llamado o ¿mejor te acompaño al consultorio? -hablaba rápido, dudaba, se contradecía, algo estaba fuera de control-.

-NO, no me acompaña nadie, puedo ir sola. Tengo 16 no soy una niña. Es mi cuerpo, mi trasero. Ya entraste, hablaste, ya decidiste todo. Ahora me toca a mi, me van a escuchar estos medicos... -y di media vuelta hacia el consultorio, cerrando la puerta con fuerza-.

El médico estaba sentado en su sillón, me invito a sentarme. En la pared, sobre un panel iluminado se veían un montón de radiografías, algunas muy extrañas. Eran muchas.

-Estas son radiografías de los huesos de tu cadera y tu pierna -señaló- y en estas otras, las tomografías, se ven tus musculos- el hablaba como profesor de anatomía. Me trataba con más confianza, y si, ya me conocía por dentro-.

-Acá.. -señalaba- esta ese tejido inflamado que molesta.

-No me molesta, jamás sentí dolor ¿será posible que nadie me crea?

• Si tu signo no es cáncer • (Terminada) (HICCSTRID ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora