Nada se siente igual cuando está con él. Todo fluye de manera perfecta siempre. Sus ojos, cubiertos por unas gafas de montura roja siempre, su cabello ligeramente azulado, sus bellos (y apetecibles) labios contándole algo que solo él podría saber. Cada pequeño detalle que había hecho previamente por el rubio. Todo. Estaba perdidamente enamorado. Y el amor duele.
Nagisa era la persona más conciente de eso. Estar enamorado de una persona que ves a diario no es fácil. Y menos cuando esté está enamorado del chico de cabello azabaches, el cual es uno de tus mejores amigos de la infancia. Lo confirmo cuando, mientras iban en el tren de vuelta a sus hogares tras un cansado día escolar, no dejaba de hablar de lo hermoso que se veía nadando Nanase Haruka. Ojalá hablara así de mi nado, pensaba.
Cuando llego a casa ni siquiera saludó a sus padres; solo subió a su habitación para empezar a llorar en silencio. Amargas lágrimas de dolor, celos e impotencia rodando por sus mejillas; su nariz estaba roja y con mocos, los cuales sorbia. La más amarga noche que ha tenido en su corta vida.
Al día siguiente no asistió a clases, excusándose de estar resfriado, y su aspecto no decía lo contrario: grandes ojeras, la nariz aún roja y una cara de mala muerte que asusto a su hermana cuando fue a despertarlo. Tenía demasiadas cosas que pensar antes de ver a Ryugazaki Rei. Después de pensarlo cuidadosamente, y una buena taza de té, decidió esconder lo que sentía; convencer al corazón de lo contrario era muy difícil, pero lo haría. Dejaría de sentir esto que lo atormenta cueste lo que cueste. Nadie puede saber. Nadie. Su secreto se iría con el a la tumba. O al menos eso pensaba Hazuki Nagisa.
ESTÁS LEYENDO
• My Broken Hearth •
Short StoryNagisa tiene un secreto que desea ocultar de su equipo de natación, uno que desea llevarse a la tumba. Esta enamorado de Rei. No sabe cuándo pasó, ni cómo, pero lo que si sabe es que no quiere que se aleje de él jamás, aunque eso implique esconder s...