Un día cualquiera.

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Mi nombre es Agustina Servantes, pero me dicen Agus. Tengo 15 años de edad, soy de Bogotá Colombia, pero hace 5 años vivo en México D.F, actualmente vivo con mi madre, mi padre y mi hermana mayor, ella tiene 17 años, y esta apunto de cumplir 18 en dos meses. Ella es hermosa, tiene unos ojos hermosos, un cabello algo rubio, y un cuerpo perfecto, todo lo que yo quisiera ser. Se lleva la atención de muchos chicos, y claro tiene un novio perfecto llamado Dániel, el es un chico bastante guapo la verdad, pero algo estúpido. 

Son las 5:00 a.m y mi alarma empieza a sonar como es de constumbre, odio los lunes, odio tener que madrugar todos los días, apago la alarma de mi celular y me levanto de la cama, y me dirijo hacia el baño, me siento algo pesada, siento mis ojos algo hinchados y con algo de ardor. Me miro a el espejo y puedo notar mi cara de cansancio, ojalá fuera cansancio, pero no lo es, esa cara cansada, esos ojos hinchados, y esas ojeras, se deben a mis padres. 

* Flashback* 

- No entiendo porque le dan  tanta libertad a Amara.

- Porque ella es mayor que tu, y sabe comportarse.

- ¡ Por favor papá! ¿ Comportarse? Si siempre se mete en problemas. Cuando vas a dejar de sacar la escusa de " ella es mayor que tu" ¿ Y ?.

- No voy a discutir más contigo Agustina, lo que haga o no tu hermana eso a ti no tiene porque importarte, vete a tu cuarto, ¡ Ahora! estoy trabajando y me molestas.

- Ay por favor papá como si te importara que yo este o no este si ni siquiera lo notas, nunca estas en casa y cuando lo estas no haces si no que molestar y dar ordenes, como si inspiraras respeto.

Al acabar de decirle eso a mi padre, siento como su gran mano impacta mi cara con una fuerza bruta.

- ¿ Porque me pegas.? - digo sollozando por el impacto de el golpe- No tienes derecho.

- Soy tu padre y tengo derecho de hacerlo.

- Mamá dile algo. - le digo a mi madre quien esta observando lo sucedido.

- Tu padre tiene razón. Vete a tu cuarto ahora, estas castigada.

Dicho esto mi madre, me dirigí a mi cuarto, cerrando la puerta, las ventanas y cortinas y acostándome en mi cama a esperar por fin dormir, y dejar de llorar...

* Fin flashback*

Termino de arreglarme, y bajo a el comedor para comer algo ante de irme a la escuela. Mamá esta preparando el desayuno en la cocina, Amara esta aún en su habitación, y papá esta en su lugar leyendo el periódico de hoy. Me senté frente a el sin dirigir palabra alguna. Unos dos minutos después papá rompió el silencio.

- Se dicen buenos días - dijo bajando el periódico dejando ver su rostro.

- ¿ Que tienen de buenos?- dije mirándolo fijamente a los ojos con un tono sarcástico.

- Sera que pueden comer en paz un solo día - dijo mamá con un tono algo gruñón.

- Con el es imposible- dije rodando los ojos, me levante de mi asiento tome mi maletín y salí de casa sin dirigir palabra alguna a mis padres.

A una dos cuadras de mi casa escucho la voz de un hombre llamandome. Volteo para observar quien es, y veo a mi hermoso mejor amigo corriendo hacia mi. 

- Que sexy te ves corriendo - le dije en un tono burlon con mirada picara.

- Ja ja ja no me parece gracioso - me dijo mientras arreglaba su cabello.

El era Matteo, mi mejor amigo. Era algo alto, con su cabello algo rubio, con un pircing en la nariz que lo hacia verse más guapo de lo que ya era. Todos los días pasaba or mi para irnos juntos al colegio. Cualquier persona que no nos conociera pensaria que somos novio, por la manera en la que nos tratamos.

Llegamos a el colegio, y en verdad no ocurrio nada interesante, quitando el hecho de que Nathaly y sus estupidas amigas no pararon de molestarme todo el maldito dia.

...

Estaba casi dormida en clase de Matematicas, cuando el timbre anunciando que la jornada escolar habia terminado sono, y no saben cuanto agradeci que eso pasara. Todos tomaron sus cosas y salieron del salón, las ultimas en salir eramos Nathaly y yo, me dirigia hacia la salida del salón cuando veo la mano de Nathaly encima de mis libros haciendolos caer a el suelo.

- ¡¿ Que te pasa?!  - le grite con mucha rabia-.

- ¡Ups! Jaja lo siento idiota, no te vi, es más nunca lo hago.

En eso llega Matteo y me ayuda a recoger las cosas del suelo.

- ¿ Que sucedio.? - Me dice Matteo algo preocupado-.

- Nada, solo quiero irme ahora.

No dirigimos ni una sola palabra a casa, solo caminamos sin si quiera mirarnos.

Cuando por fin llegue a casa, escuche lo que mas odiaba escuchar, pero que lamentablemente tenia que aguantar..

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Hola! =) Espero les parezca interesante la historia y les guste, me gustaría que me dejaran en los comentarios si debo mejorar algo o cosas así.

No me juzguen, soy nueva en esto.


No Lo Intentes, MamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora