2. Los últimos (III)

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-¡Daniel apúrate! ¡Llegaremos tarde otra vez!- Gritó Louis desde el jardín afuera de mi casa. Él era el típico amigo regordete, bonachón y con mala suerte con las chicas que siempre me acompañaba a todos lados, su cabellera larga y rizada siempre era lo que más lo caracterizaba. Hemos sido amigos desde la guardería infantil, su madre se llevaba muy bien con la mía y eso obvio nos acercaba más como amigos. A mis no tan escasos 19 años nunca tuve un amigo tan cercano como él, normalmente yo soy más cerrado, pero él... Bueno el es algo diferente, tal vez complementario a mi pasividad involuntaria.

*****

-¿¡COMO FUE!? ¡¿Qué ME DEJASTE DE AMAR!?- Cantaba a todo pulmón Louis mientras entraba a la escuela. Él nunca ha sido de esos tipos que se les dice "atractivos" pero siempre hacía algo que lo destacaba entre los demás, hasta para eso, él consiguió su primer noviazgo antes que yo, aunque sólo duraron dos semanas, pero joder, un chico gordito, blanco y con unos rizos definidos, uff, quién se resistiría.

Entramos al salón de Psicología, un aula grande sin ventanas, pintada de color beige con lámparas blancas como la nieve en el techo y seis mesas para cinco personas cada una. Tomamos asiento en una de las mesas del frente, más que nada por la maldita miopía que me viene afectando desde hace 12 años. A mi lado derecho se sentó Louis, a mi izquierda estaba Alex, un chico con un bronceado casi perfecto, ojos verdes aceitunados, bastante apuesto y una cabellera con corte militar, él fue el único de nuestro grupo de amigos que aceptó el reto de entrar al gym, y al parecer le daba bastante resultado; aunque no superaba mi altura, su masa muscular lo hacía parecer mucho más grande que nosotros, no era tan inteligente como el sabelotodo de Louis pero siempre sacaba las ideas más arriesgadas para cualquier tema, como la vez que teníamos que hablar sobre la fauna de Washington y a él se le ocurrió la grandiosa idea de llevar a la escuela un mapache, UN JODIDO MAPACHE VIVO, obvio al momento de soltarlo en el salón se armó un escándalo, la profesora Westfield huyó del aula siendo perseguida por "Ronny el mapache maravilla", unas cuantas horas después y unas cuantas pasadas de alcohol y vendas esterilizadas al brazo de la profesora, a nosotros nos metieron a detención, con una calificación de diez, pero a detención. A un lado de Louis estaba Sergio, el más callado de nosotros, un muchacho de tez clara, pero no tanta como Louis, delgado, con cabellera despeinada y una pobre barba que él forzaba a crecer cada que se sentía con ganas de ligar a alguien, tímido a más no poder, pero cuando se lo proponía podía hacer caer ante sus pies a la chica más culta y seria del instituto. Frente a mi estaba sentado Kevin, el jefe de grupo, era la persona más amigable que podías encontrar en el instituto, además de Louis, literalmente, era el prospecto perfecto de "estudiante honorario", cada parcial se la pasaba ayudando a los profesores a calificar porque él siempre exentaba, su novia era la capitana de porristas del instituto, creo que se llamaba Kelly, y bueno, sus mejores amigos estábamos sentados en la misma mesa que él en este momento, eso me hacía sentir bastante bien.

Louis y yo siempre fuimos muy unidos, al entrar a la secundaria nos encontramos con Sergio, nos parecía graciosa la manera en la que él pensaba cómo su "gran" bigote y barba lo hacían sentir seguro y así conseguir salir con chicas, además que hubo una vez en la que Louis cayó por las escaleras y se rompió el pie, y cómo yo no era suficiente para ayudar a cargar tremendo compañerito, Sergio se acercó a ayudarnos, y desde ahí estamos juntos. Alex era muy diferente a como es ahora, él era el tipo guapo y varonil que se la pasaba haciéndole bullying a gente como Louis o como yo, pero desde que evité que lo metieran a la cárcel por intentar explotar una bomba en el laboratorio de química se volvió un amigo muy cercano, siempre busca que estemos riendo y eso es de agradecer, además que se la pasa bromeando conmigo la mayoría del tiempo preguntándonos como serían las cosas si fuéramos del sexo opuesto, si ya se, somos unos enfermos. Kevin fue el último en unirse a nuestro grupo de amigos, aunque fuera el más inteligente del salón, teniendo a la novia más guapa de la escuela y siendo sobresaliente académicamente, siempre se le dificultaba relacionarse de manera amistosa con los demás, ahí es donde entra Alex. Un día que teníamos un examen de Anatomía Alex llegó tarde, como el noventa por ciento de las veces, y resultaba que el examen era por parejas, y Kelly se había enfermado ese mismo día, Kevin se encontraba sólo y el profesor Allan lo emparejó con él. Al principio junto con Louis notamos la cara de disgusto de Kevin, pero a medio examen vimos como su semblante cambiaba, hasta sonreía al hablar con Alex, y no de manera que hubiera algo de atracción entre él y Alex, sino que disfrutaba de hacer el examen con él, hubo un momento en el que Alex se reía por lo que decía Kevin. Pasaron alrededor de dos horas, después de entregar el examen y el profesor Allan nos llamó para recibir resultados, Louis y yo sacamos un nada envidiable 92/100, Sergio y Joseph, él chico que le encantaban los animes y siempre cargaba más mangas que libros en su mochila, alcanzaron 79/100 y por último y para sorpresa de todos, Alex y Kevin llegaron al 99/100 algo que le hubiera disgustado a Kevin si hubiera estado con otro compañero en ese examen, pero esa ocasión lo tomó con gracia, y hasta aceptó que él se había equivocado. Después de ese interesante examen Alex lo presentó con nosotros y nosotros le dimos su espacio para que se presentará, le tomó veinte minutos para explicar todo lo que había hecho durante su vida escolar, pero a nosotros nos interesaba más cuales eran sus gustos extraños, y bueno, Alex lo hizo soltar la sopa y resulta que es igual de extraño que nosotros, no le gusta salir demasiado a fiestas, le encantan los videojuegos aunque él sí se sabe controlar, no como nosotros, y tiene un extraño fetiche con las colitas que se amarran las chicas a ambos lados de su cabeza con su cabello.

SARZ: La muerte se respira.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora