Seis.

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Narra Lydia.

Todas mis amigas llegan a la habitación con mala cara. Por sus expresiones, deduzco lo que el chico este les ha dicho.

-Se llama Dylan. -dice Vicky con la voz entrecortada.
-Tiene 18 años. -continúa diciendo Eva suavemente.
-¡Oh por dios! -grita Catalina.- ¿A qué esperáis? ¡Decidle que es muy pequeña para él y que no está interesado!

Silencio. El único sonido es el suave ruido de mi corazón rompiéndose poco a poco. No por este tío, si no por el hecho de que he vuelto a ser incapaz de gustarle a alguien.

En el poco tiempo que conozco a estas chicas esto es lo que he averiguado:

-Clara, rara cuando la ves por primera vez, pero un amor de persona cuando la conoces.

-Eliza. Muy callada pero divertida y alegre.

-Catalina. Una loca muy loca, loca y extraña, además de extremadamente directa, pero muy buena persona.

-Eva. Ella... ella es la única persona que no he podido descifrar.

-¿Lydia? ¿Lydia me estás oyendo? -me pregunta mi mejor amiga.
-Emm... no. Perdona ¿Qué decías?
-Que es la peor persona que he visto nunca. Mejor que haya dicho eso, porque me pone de los nervios. -prosigue Vicky.- Siento decírtelo así, pero es la verdad.
-Lo que sea. -respondo.- ¿Vamos a la piscina?
-¡Claro! -responden las chicas.

Nos cambiamos y vamos al gran jardín. Cuando estamos entrando, vemos a Cokkie, nuestra amiga por un día. Cuando conoció a las chicas de su grupo, se separó y ahora no se despega de ellas.
Al contrario que Eva, que ahora es todo lo contrario.
-Hola, Cokkie. -saluda Elisa.
-Ah, pues hola. -responde la rubia con mala gana.

Al oír la respuesta, todas nos miramos extrañadas, pero como nos importa lo más mínimo, seguimos a lo nuestro.

-P O R  D I O S! -exclama Eva.- ¿Quién es ese Dios griego?
Todas dirigimos nuestras miradas al chico rubio que acaba de entrar.
-Ah, ese es Liam. -responde Clara con tranquilidad.- Va a mi grupo.
-Pues ahora me lo presentas. -responde Eva quitándose la ropa que tapa su bikini.
Clara, Catalina y Eva se van hacia el tal Liam ese. Tiene el pelo rubio y unos ojos azules preciosos. Es muy lindo y además tiene buen cuerpo.

Cuando estoy inmersa en la belleza del rubio, noto una mirada sobre mí.
Son Dylan y Thomas. Pero espera, ¿el estúpido castaño es amigo de Thomas? Al momento que Thom ve que los miro, se acerca a mí.
-Hola Lydia.
-¡Hola Thomas! ¿Qué tal?
-Aquí jugando a las cartas. -responde nervioso.- ¿Os queréis venir? -pregunta dirigiéndose hacia todas nosotras.
-Claro. Soy Vicky, y esta es Eliza. -responde por mí mi mejor amiga.

Mis amigas y yo cogemos nuestras cosas y vamos al grupo donde está Dylan.
-Chicos, estas son Vicky, Eliza y Lydia. -nos presenta Thomas.
-Estos son Tyler y Dylan.
-Hola. -dice Dylan mirándome directamente a los ojos, pero sin perder su rostro serio.
-Hola. -respondo yo sin apartar la mirada, no voy a dejar que un idiota me intimide.

Okey, eso ha sido extraño. Acabo de intercambiar las primeras palabras con el chico que lleva "acosándome" lo que llevamos de campamento y no han sido lo que me esperaba. Esperaba un «hola, soy Dylan. ¿Cómo te llamas tú guapa?» o un «¿Quién es esta chica tan guapa que traes Thomas? Soy Dylan, encantado de conocerte» No un «hola». Un arrogante e inútil «hola».

-Bueno... ¿Queréis que juguemos al uno?
-¡Sí! -grita emocionada mi mejor amiga. Vale, luego le preguntaré por qué mira de esa manera tan extraña al pobre Thomas. Tal vez le guste.

Pasamos la hora de la piscina jugando a juegos y riéndo, pero yo, nunca hablando con Dylan. He hablado con Tyler y obviamente con Thomas, pero nunca con el chico de los lunares. ¿Qué le pasará?

-Bueno, ahora debemos ir a las clases de tenis. -digo.- Nos vemos, chicos.

Nos despedimos todos y vamos a las respectivas habitaciones.

Cuando estoy avanzando por el pasillo, una mano coge mi brazo para que me gire. Es él.

El Campamento. {Dylan O'Brien} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora