D o s.

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No sé en qué momento paso, pero me encontraba con Marie Cooper en la estación del Sheriff, mirando a diferentes puntos en aquella improvisada sala de espera mientras esperábamos que el Sheriff Stilinski volviera.

Ella era una excelente abogada, solía hablar y tratar con mucha gente de alto nivel e importante, personas que solían mirar para abajo cuando alguien de nivel bajo-medio solía acercársele. Su cargo la había llevado a casarse con un empresario de su círculo, Jonathan Cooper, un hombre audaz en los negocios. Un hombre que había encontrado muerto en medio de la reserva de Beacon Hills.

Shawn, supongo que habría despertado y oído lo que su madre me había dicho, digo supongo, porque hasta el momento, no sé qué paso con él.

Desapareció sin dejar rastro.

Acomodo mi suéter sobre el hombro al sentir el frio de la noche calándome hasta los huesos, Marie aun está en su bata de noche, con sus lentes y un teléfono caro en su mano izquierda.

La familia Cooper era compuesta por 4 personas y un perro, un labrador que solía olisquearme al llegar a la gran casa. Los señores Jonathan y Marie, junto a sus hijos. La mayor se llamaba Mónica quien estaba estudiando medicina en Harvard y el menor que en estos casos era Shawn, centro campista en el equipo de lacrosse de la secundaria de Beacon Hills.

- Lo siento Marie... -la voz del Sheriff me saca de mis cavilaciones haciendo que me levante de la silla junto a Marie a la expectativa de que él nos tenga más noticias.- Jonathan...

- No, Noah, no quiero saber... -la veo pasar saliva.- quiero saber sobre mi hijo, Shawn.

Él frunce el ceño y mira a otro lado incomodo.- no lo encontramos, ya mandamos un comunicado a todas las unidades con sus características.

Marie asiente sujetando fuerte el crucifico que rodea su cuello.- bien, lo esperare.

El sheriff la mira alertada.- no Marie, es mejor que descanses, tal vez la búsqueda sea larga.

- Esperare a mi hijo, Noah –dictamina ella. En los meses que llevo de conocerla sé que es una mujer de una sola decisión y no suele echarse para atrás cuando decide algo. Siento su mirada posarse en mi.- Kara, ve a casa, descansa.

Pienso refutar su decisión pero me dedica una mirada que de por si se que quiere decir que me calle.- De acuerdo.

Mi voz sale algo apagada pero ella comprende mis palabras. Me despido del Sheriff y de Marie y emprendo mi viaje a la salida.

Al salir, la brisa hace que mi cabello se desordene un poco, saco mi teléfono y busco rápidamente el contacto de mi padre para luego oprimir el boto de llamar.

- Hola, cariño –es lo primero que decir en cuanto contesta.

- ¿Puedes venir a recogerme? –pregunto mirando a todos lados.

Treat you better | Scott McCall |Where stories live. Discover now