Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
- ¿Esta todo bien, Kara?
No le quería decir que la aparente inocente herida que tenia en mi pierna ardía como si la carne se me estuviera quemando, aunque no sabría si era la forma correcta de describirlo, por lo que opte por callarme y aguantar el dolor.
Quería estar en el partido de la noche, de alguna forma servía para distraerme y si le decía probablemente me encerraría en mi habitación hasta que cumpliera 50. Quería una noche tranquila.
- Si, Barry, esta todo bien, ¿Qué sucede?
- Cariño, creo que... -hubo un silencio al otro lado de la línea, un silencio que no me daba buena espina.
- ¿Ocurre algo, pa?
- No, Kara, esta todo bien -respondió.- iré al partido de esta noche, ¿de acuerdo?
No quede muy tranquila con su respuesta, pero decidí dejarlo pasar. Tenia otras cosas en mente que también debía resolver.
- Si, no hay problema te estaré esperando.
Barry me dijo unas cosas mas sobre tener cuidado y demás, al finalizar corto la llamada y por fin pude salir del auto para caminar hacia la casa de Lydia, no había respondido mis mensajes ni llamadas después de clases y quería hablar con ella.
Después de tocar la puerta, la señora Martin abrió la puerta y al ver que era yo, me dio una enorme sonrisa.
- ¡Kara! ¿Cómo has estado?
- Hola, Natalie -salude devolviéndole el gesto.- bien, por suerte.
- ¡Pasa, tranquila! -ella se moviendo dándome espacio de pasar y luego trato de no cojear tanto mientras ella me sigue hasta la sala.- Lydia esta en su habitación, querida, ¿quieres algo?
- Tranquila, no se preocupe, así estoy bien.
Ella sonrió de nuevo.
Desde que somos amigas con Lydia, la señora Martin ha sido muy amable conmigo a tal punto que en ocasiones llegue a considerarla como mi segunda madre. Una vez, menciono que le habría gustado tener una hija como yo, por ser tan tranquila y serena, cuando Lydia se enteró hizo rabietas como solo ella sabe hacer.
Pasos en el segundo piso obligaron a Natalie a girarse y fue cuando apareció Lydia bajando por la escalera con suspenso.
- Puedes dejarnos, mamá.
La señora Martin me miro sin entender la situación, pero era algo que primero debía hablar con Lydia por lo que solo me encogí en hombros. Ella dijo que iría a comprar unas cosas y salió de la casa después dejándonos solas.
- No me has respondido los mensajes, ni las llamadas quería saber que pasaba, si estabas bien yo-
Me interrumpió, estaba muy evasiva conmigo ni me miraba a la cara.- estoy bien, no te preocupes.... no siendo más creo que es mejor que te vayas.
