Capítulo 1 - El Comienzo

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Entramos en un restaurante italiano que había cerca de nuestra casa. Siempre venimos aquí para celebrar cualquier cosa que mi hermano mayor haga bien, en este caso, venimos a celebrar la victoria de su último partido de baloncesto.

La mitad de la cena me la pasé mirando al plato de pasta con salsa de setas que tenía enfrente, es como si no existiera para ellos. Mi padre me miró de reojo, parece que él si se dio cuenta que me estaba aburriendo igual que la salsa de mi pasta, como una seta.

—Dime Lana, ¿Que tal las clases?
—Bien, aprobé los dos últimos exámenes con sobresaliente.
—Me alegro hija —dijo mi padre.
—Pues mi próximo partido es dentro de una semana -y ya volvieron a olvidarse de mí.

Al terminar la cena, salimos del restaurante y volvimos a casa.
—Lana, esta semana no puedo recogeros del instituto —dijo mi padre mientras entraba conmigo a la cocina.
—¿Que? Pues déjame las llaves del coche, odio ir en metro.
—Lo siento, se lo pidió tu hermano antes —dijo mientras me daba pequeñas palmadas en el hombro.—Tendrás que ir en metro.
—Pero...
—Buenas noches Lana —gruñí. No iba a ir junto a mi hermano y su estúpida novia en el mismo coche, prefiero ir andando.

Cogí unos cereales y me subí a mi habitación. Nada más tumbarme sonó el móvil, era mi mejor amiga Alex.
—¿Diga?
—Hola Lan.
—Que no me llames así.
—Oh vamos, mola.
—No me gusta, ¿Tanto te cuesta pronunciar una letra más?
—¿Me estás llamando tonta?
—¿Que? Claro que no.
—¡Me estás llamando tonta!
—Alex -suspiré. —¿Que quieres?
—¿No puedo llamar a mi amiga para hablar de cualquier cosa sin que crea que la necesito para algo?
—Alex, te conozco.
—De acuerdo, necesito que me ayudes con la mudanza.
—Si vives prácticamente al lado de tu antigua casa.
—Lo sé, pero es muy aburrido hacerlo sola.
—De acuerdo, te ayudaré.
—¡Gracias Lan! Te tengo que dejar, mi madre quiere que recoga mi habitación, o me lanzará un zapato.

Puse a cargar el móvil, me timbé en la cama y comencé a leer. La historia era sobre una chica y un chico que se enamoran y ya sabéis el final, cosa que yo no, ya que a mis 18 años todavía no me he enamorado.

A la mañana siguiente me desperté con el libro en la cara, me había vuelto a dormir leyendo.
Miré el reloj y eran las once de la mañana, me daba tiempo a darme una ducha e ir a casa de Alex y luego ir a comer.

Llegamos juntas a nuestra cafetería favorita, hacen las mejores hamburguesas del mundo entero.

—Bueno, ¿Que tal ayer la cena con tu familia?                                                  
—Ya sabes, sólo saben hablar de mi hermano.
—No te preocupes Lan, me tienes a mi.
— Lo sé, y muchas gracias.

Terminamos de comer y fuimos a su casa para acabar con la mudanza de una vez por todas.
Al terminar, me despedí de Alex y de sus padres.
—¿Estás segura de que no quieres que te lleve?—me dijo la madre de Alex.
—No, muchas gracias, mi casa no queda muy lejos y quiero andar un poco.
—De acuerdo, hasta otro día Lana.
—Cuando llegues me mandas un mensaje.
—Okay.
Le di un abrazo y salí de su casa.

Estaba oscureciendo y hacía frío. Me abracé para poder entrar en calor.
Noté que alguien me estaba siguiendo, por miedo no miré atrás y simplemente aceleré el paso mientras miraba por la calle en busca de gente para sentirme más segura.

Estaba por llegar a mi casa, me quedaban dos casas más. El cosquilleo que tenía detrás de mi cabeza aumentaba, esa persona estaba cerca mío.
Comencé a correr presa del pánico, entré rápido mi casa y me apoyé en la puerta.
Pegué un brinco seguido de un grito cuando me llegó un mensaje, era Alex preguntando si ya llegué a casa.

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¡Hola! Esta es mi primera novela. Sé que este capítulo es aburrido, pero según avance la novela, más emocionante se volverá.

Gracias por leer.

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