El ultimo buen día.

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Cinco meses antes...

Por primera vez la vida de James T. Kirk era perfecta.

Con su nave, y su esposo mitad vulcano la pequeña familia estaba lista para recibir a su hija después de siete meses de embarazo. Claro, James sabía desde un inicio que Spock era capaz de reproducirse y embarazarse igual que cualquier otro vulcano, era algo normal en su especie para favorecer la supervivencia en su desierto planeta de origen.

 En un inicio el capitán había pensado que tal vez Spock estaba demasiado ocupado con su carrera como el mejor oficial de la flota y no desearía detenerla,aunque fuera de manera temporal, solo para extender el árbol genealógico. Afortunadamente ese no había sido el caso y después de meses de planificación lograron concebir a T'Pol Amanda.

-T'hy'la ¿Estas preparado?-Escuchó a Spock preguntar desde el pasillo.

-Si, solo espera un segundo- Informó apresurándose al closet para sacar una pequeña caja, sabía que llegarían tarde, pero valdría la pena por ver a Spock sonreír.

El capitán salió de su cuarto para encontrar a su amado esperándolo,  vestido con su uniforme de gala, el cual no hacía nada para ocultar su enorme panza, era algo adorable y James lo encontraba completamente irresistible.

-Hora de irnos, no queremos que Huesos venga a buscarnos- James dijo, abrazándo al vulcano con gentileza. 

-Considero que es el curso de acción más logico-Respondió Spock con una sonrisa en su mirada.-Es prudente evitar la ira del doctor.

Juntos caminaron por los corredores hasta llegar al comedor de la tripulación, donde los esperaba la mayor parte de sus amigos, compañeros y familiares, incluyendo a Selik, Sarek y una muy orgullosa Amanda, ella estaba muy emocionada por convertirse en abuela y había sido la primera en aceptar a James como parte de la familia. 

Si, era un baby shower, una "fiesta sorpresa" planeada por Uhura y Amanda. Por supuesto,no habían decorado el lugar, eso sería en contra de las regulaciones pero lograron juntar a los amigos de la pareja y era un buen detalle. 

Toda la tripulación estaba feliz por ellos y su nueva familia e incluso Carol Marcus les había regalado una sehlat de peluche y McCoy un monitor para bebes. James lo agradecía,  serían útiles en los próximos meses y el doctor fue de gran ayuda durante los primeros meses del embarazo, su apoyo y aprobación significaban mucho para el joven capitán.

Gran parte de la tarde la pasó conversando con sus amigos, sonriendo y maravillándose ante la extraordinaria suerte que había tenido, había pasado de ser un huérfano perdido a convertirse en parte de una gran familia.

Iba a acompañar a Selik a su cabina cuando vió a Spock sentarse, lucia pálido y tembloroso e inmediatamente Kirk corrió a su lado.

-Querido, ¿Estás bien?-Preguntó sosteniendo su mano.

-Jim yo... 

James sintió un extraño mareo seguido de chispas nublando su visión y entonces ya no estaban en Enterprise, se encontraban en un lugar oscuro y frío con un raro olor en aire. Era una celda y una mujer extraterrestre los observaba...

La celda estaba ubicada en un pasillo de paredes blancas, habían otras celdas que eran visibles desde la suya, llenas con miembros de otras especies, desde Klingons y Romulanos hasta Andorianos, xindi primates y una especie de amebas que trepaban por los vidrios de su prisión.

A su lado Spock intentaba calmarse, James le ayudo como podía, susurrando que todo estaba bien, no había mucho más que pudiera hacer y no deseaba perder a su bebé por una especie extraterrestre potencialmente hostil.

 Una mujer alta y pálida, sosteniendo un objeto similar a un tricorder en sus manos enguantadas, estaba a sólo unos metros de ellos, su uniforme consistente en una especie de bata negra, pantalones y botas resaltaban contra la luz blanca tipo hospital que iluminaba el lugar. Sus ojos completamente negros los observaban como si fueran un misterio que deseaba desentrañar. 

-Este espécimen será útil para nuestro experimento-Dijo ella a una especie de comunicador- Llevaré los datos necesarios al laboratorio principal.

-¿Quién es usted?-Pregunto James interponiéndose entre ella y Spock- ¿Que quiere de nosotros?

-Soy la doctora asignada a usted y su acompañante -Respondió acercándose con el tricorder apuntado al vulcano- Apártese y permita que tome las lecturas necesarias. 

James no se movió ni un milímetro. No pensaba permitirlo, no dejaría que ella se acercara a Spock sin saber con seguridad que pretendía lograr o si representaba una amenaza para el y su hija, sus razones de ser.

-James Kirk, apártese.-Repitió, su voz monótona y fria-Si no obedece enfrentará las consecuencias.

El capitán actuó por instinto, años de misiones imponiéndose por encima del sentido común, empujándo a la doctora contra la pared lo más lejos posible de su pareja.

-Déjenos en paz-Gruñó intentando tener aunque fuera un poco de control sobre la situación. 

Ella se quitó el guante y colocó su mano contra el cuello del capitán.Entonces sintió dolor... un dolor que invadía todo su cuerpo como una quemada de ácido esparciéndose desde el punto donde sus pieles hacían contacto.  Era demasiado dolor y ni siquiera se sentía capaz de gritar o apartarse de ella.

-Deténgase- Intervino Spock, levantándose de su lugar en el suelo y acercándose- Puede tomar sus lecturas, solo déjelo en paz.

La doctora se adelantó,  permitiendo que James cayera al suelo como costal de patatas y comenzó a tomar sus lecturas. Por un instante colocó sus manos contra el vientre del vulcano, James esperaba una reacción similar a cuando la extraterrestre lo tocó, pero no sucedió nada.

Ella se fué, usando una puerta oculta en la pared de piedra.  James intentó seguirla sin mucho éxito. 

-Jim...

-Estaré bien, no te preocupes.-Respondió regresando con Spock.

Las luces se apagaron y la pareja se abrazó en un rincón,  manteniéndose cerca.

-Ellos van a buscarnos- Murmuró James intentando convencerse a si mismo.

-Confío en que lo harán- Fue la respuesta del vulcano.

Spock logró dormir,  algo que le resultó imposible al Capitán, sabía que estaban en peligro y permaneció despierto toda la noche protegiendo a su familia.

El ExperimentoWhere stories live. Discover now