Sentido polisémico de «la tierra era invisible y caótica»
30. Igualmente, por lo que mira a la intelección de las palabras que se siguen de todas aquellas verdades:
Una verdad [interpretación] toma para sí el que dice: La tierra era invisible y caótica (incomposita) y las tinieblas estaban sobre el abismo, esto es, que aquello corpóreo que hizo Dios era la materia informe de las cosas corpóreas, sin orden y sin luz.
Otra, el que dice: La tierra era invisible y caótica, y las tinieblas estaban sobre el abismo; esto es, este todo llamado cielo y tierra era todavía materia informe y tenebrosa, de la cual se habían de hacer el cielo corpóreo y la tierra corpórea con todas las cosas que hay en ellos sensibles a los sentidos.
Otra, el que dice: La tierra era invisible y caótica, y las tinieblas estaban sobre el abismo; esto es, este todo llamado cielo y tierra era todavía materia informe y tenebrosa, de donde había de salir el cielo inteligible —que en otra parte se llama cielo del cielo— y la tierra, es decir, toda naturaleza corpórea, bajo cuyo nombre se ha de entender también este cielo corpóreo, de donde había de salir toda criatura visible e invisible.
Otra el que dice: La tierra era invisible y caótica, y las tinieblas estaban sobre el abismo; esto es, la Escritura no designó con los nombres de cielo y tierra a aquella informidad, sino dice que ya existía dicha informidad, a la que llamó «tierra invisible e incompuesta y abismo tenebroso», y de la cual había dicho antes que «hizo Dios el cielo y la tierra», esto es, la criatura espiritual y corporal.
Otra, finalmente, el que dice: La tierra era invisible y caótica, y las tinieblas estaban sobre el abismo; esto es, que había una cierta informidad, ya hecha materia, de la que antes dijo la Escritura que había hecho Dios el cielo y la tierra, es decir, la mole corpórea total del mundo, distribuida en dos enormes partes, una superior y la otra inferior, con todas las criaturas que vemos y conocemos que existen en ellas.
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LAS CONFESIONES DE SAN AGUSTÍN II
Não Ficção"A ti la alabanza y la gloria, ¡oh Dios, fuente de las misericordias! Yo me hacía cada vez más miserable y tú te me hacías más cercano. Tu mano estaba pronta a sacarme del cieno y lavarme, pero yo no lo sabía". ES UN LIBRO HECHO POR EL MISMO SAN A...