Eric

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    -Ni una palabra!-gritó Char a su compañero de cuarto mientras se cubría la cabeza con el pesado edredón de la cama.

Maldita sea, no se podía creer que al final se resfriara de verdad. Y no un simple resfriado, no, tenía cuarenta de fiebre, los ojos hinchados y la nariz que parecía Rudolf!

Will llevaba riéndose de ella desde que se despertó y aún seguía chinchándola.

    -"No soy tan delicado"-dijo Will poniendo voz chillona repitiendo lo que había dicho ella la noche anterior.

    -Mi voz no es tan irritante. Y ahora silencio!

La cabeza la estaba matando y los gritos solo lo estaban empeorando.

Después de seguir molestándola un rato más por fin salió de la habitación. Corrió al comedor a por algo de desayuno y allí explicó a Eric lo que había pasado.

    -¿Pero entonces está bien o no?

Will se encogió de hombros.

    -No tiene muy buena cara, pensaba subirle algo para desayunar más tarde. Tengo Mates en el primer periodo, tu estas libre no? ¿Te importa encargarte tú?

Claro que no le importaba; Char le caía muy bien y además su débil apariencia despertaba su instinto protector.

Tras comer se dirigió a la habitación y se acordó de llamar antes de entrar.

Nada, silencio total.

La habitación estaba casi a oscuras ya que la persiana estaba bajada. Pudo distinguir la esbelta figura de Charley hecha un ovillo bajo millones de mantas.

Su cara de ángel estaba cubierta de perlas de sudor y su frente ardía. Maldito par de idiotas, Charley por no tomarse algo y Will por no dárselo. Entró en el baño y rebuscó entre los cajones hasta dar con un antibiótico y se dispuso a dárselo al enfermo.

            -Char, venga espabila que te tienes que tomar un poco de antibiótico.

Ella gimió en respuesta y se dio la vuelta enterrándose aún más entre las mantas.

            -No me gustan los antibióticos. No se tragar pastillas- admitió avergonzada.

            -Anda, acércate.

Se sentó en la cama y Char reptó hasta quedar junto a él y se acurrucó lo más que pudo a él.

            -Tengo frío… dame calorcito, umhh

La fiebre y el sueño que tenía estaban haciendo que todas sus defensas bajaran y su máscara masculina estaba perdida en algún lugar bajo la cama. Actuaba por instinto y su instinto le decía que aquel chico moreno de ojos miel le daría el calor necesario.

            -Dios Char estas ardiendo.

El corazón de Eric latía a una velocidad que dudaba fuera sana pero Charley realmente estaba muy caliente. Sin embargo, no paraba de tiritar y aquello le preocupaba mucho.

Con paciencia consiguió que se tomara la pastilla y después a petición de ella se sentó en la cama a su lado.

            -Cuéntame un cuento. Lorn siempre me contaba cuentos cuando me encontraba mal.

El chico se preguntó quién sería Lorn pero el hilo de sus pensamientos fue brutalmente cortado cuando ella se acercó aún más y pegó la cabeza a sus piernas. A pesar de la tela del pantalón podía sentir la cálida respiración de Charley contra su pierna y toda sus terminaciones nerviosas se estremecían ante esa sensación.

Baby FaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora