Maia y Kate

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Al salir del vestuario se encontraron con Eric y fueron juntos a comer. El resto del día pasó volando y sin darse cuenta llegó el fin semana. Los alumnos tenían prohibido abandonar el internado durante la semana pero el sábado podían salir. Normalmente aprovechaban para bajar a Londres y divertirse, pero debían regresar como tarde a la hora de la comida del domingo. Ellos habían planeado ir a la ciudad, habían abierto una nueva discoteca y Will estaba deseando ir.

Y allí estaba ella,  delante de un armario, pensando qué sería adecuado para salir.  En fin, se supone que los chicos lo tenían más fácil,  nada de tacones mortales o vestidos diminutos , pero... ¿Cómo iba un chico a una discoteca?

Maldita sea, ¿a quién coño le había encargado su padre el comprarle ropa? Camisas de colores chillones y etampados florales dominaban su armario junto a pantalones blancos a lo Ibiza. Dios mio, tenía que reservar unas horas del finde a ir de compras.

Desesperada,  abrió el armario de Will y eligió las prendas que no le quedaban demasiado grandes y tras probarse unos cuantos conjuntos finalmente se decidió por una camisa  blanca pero lo suficientemente gruesa para que no se transparentara la faja y unos vaqueros oscuros. Si señor, estaba lista. Tres golpes de la puerta la anunciaron que Will iba a entrar. Establecieron esa regla para que supiera si entraba y así no encontrarse en situaciones incómodas de nuevo.

    -¿Listo? Llevas dos horas             arreglándote, pareces una... Ey ¿qué coño haces con mi ropa? No recuerdo habértela-

Antes de que pudiera decir nada más Charley salió corriendo por la puerta,  dejando a Will con la palabra en la boca.

    - Vamos,  Eric nos esta esperando!

Maldito enano, mira que cogerle su ropa... Aunque algo detro de él se había alegrado al verlo con así, jamás admitiría que su corazón había dado un vuelco cuando entró y se lo encontró con esa camisa blanca... Stop, entraba en terreno desconocido para él y no tenía ganas de pensar en ello.

Llegaron a Babilon a las doce, el ambiente estaba bastante a animado y la gente bailaba muy junta, frotando sus cuerpos al ritmo de la  atronadora música. Will había desaparecido al entrar, tras ver a una rubia con un minivestido que dejaba poco a la imaginación batirle las pestañas. Eric y ella estaban en la barra bebiendo,  adoraba el Babilon Special: ron, caramelo y espuma de leche. Simplemente delicioso. Más de una chica se le había acercado pero ella las había rechazado a todas con una sonrisa que había causado más de un ataque al corazón. No le agradaba mucho la idea de ponerse a bailar ya que si bailaba, luego las chicas querrían más y entonces... No era muy buena idea.

Eric no tardó en abandonarla y se encontró rodeada de chicas hambrientas.

    -Lo siento nenas pero este bombón está cogido.

    - Es nuestro así que desapareced. Ahora.

El grupo de acosadoras se disipó rápidamente y dos chicas tomaron los asientos a su lado, dejándola en medio. Se apoyaron sobre ella, que miraba al vaso que tenía en frente intentando ignorar las miradas asesinas del barman.

    -Hola amor. No sabíamos que hubieras vuelto. 

No podía creérselo. Conocía esos pechos que se aplastaban contra su espalda demasiado bien, estaba acostumbrada a que la ahogaron en ellos dándole un abrazo. Maia y Kate le besaron cada una en una mejilla, dejándola marcas de pintalabios.

    -Creo que nos debes una explicación cariño.

Le arrastraron a la parte de atras del local que estaba lleno de parejas haciendo... cosas de parejas y le obligaron a contarlo todo.
               
Su padre, un exitoso empresario dueño de una de las empresas más ricas de todo Reino Unido,  la había obligado a ir a estudiar a América un año. Sus padres estaban divorciados y aunque su madre tenía la custodia su padre movió un par de cables y bastante dinero y después de cinco años sin dar señales de vida reclamó a su hija. En América acudió a uno de los mejores colegios del país y a la vuelta su padre se negó a dejarla volver a su vida normal.

Su objetivo era que cuando ella le sucediera en la dirección de la empresa no solo estuviera preparada, si no que también tuviera un historial perfecto. ¿Cómo consigues que una delincuente juvenil tenga un historial intacto? Haciéndolo desaparecer. Dejó de ser Charley Tomson, una chica normal, a ser Charley Tomson, un chico del que nadie sabía nada. La razón por la que terminó en un internado solo para chicos era para que nadie jamás pudiera encontrar ninguna información sobre ella.

Odiaba a su padre por abandonala pero éste la había amenazado con que si no lo obedecía arruinaría el pequeño centro de belleza que su madre tenía.

    - Joder amor, lo sentimos.  Deberías habernos dicho algo.

Ella negó con la cabeza. ¿Hacer qué? ¿Cómo iban a enfrentar a un adulto multimillonario?

    -No te preocupes,  tu secreto estaa salvo con nosotras. Vamos a beber y a divertirnos hasta el amanecer!

Y eso fue exactamente lo que hicieron.  Se vieron engullidos por la masa de jóvenes y como hacían antes, bailaron las tres juntas, una al lado de la otra.

Cuando ya no pudieron más, se alejaron a sentarse a uno de los sillones de la discteca donde servían bebidas. Charley se sentó en medio y Maia y Kate se acurrucaron a su lado.

    - Parece que no le va mal al enano.

    -Maldito renacuajo,  no le bastaba con tener a una, tenía que ir a por las dos tías más buenas! Hay que joderse!

La verdad rubia que tenía agarrada a su cintura le beso el cuello sensualmente, pero el no podía apartar la vista del sillón.  ¿Por qué el no podía ni tocarlo y esas putas le estaban abrazando? ¿Verían sus cicatrices cuando se las llevara a la cama? No son celos, se dijo. No al menos en ESE sentido, si no en el otro sentido. Espera, ¿qué? Estaba perdiendo el punto. Rubia, la rubia.

    -Vamos a un lugar más privado.

La única respuesta que obtuvo fue esa aguda risita que le estaba poniendo de los nervios.

Eran más de la seis cuando salieron de Babilon, Char aun estaba acompañada de Kate y Maia, que no se soltaban de su cintura. Divisó a Will y a Eric que la esperaban bajo una farola, así que se despidió y corrió hacia ellos.
               
    -Vámonos

Will estaba molesto por algo, pero Char no podía pensar en una razón para ello. Por muy chico que pareciera  seguía siendo una chica y la forma de pensar del género opuesto seguía siendo un misterio.

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Estoy inesperadamente inspirada pero tengo que encontrar tiempo para escribir!  Muchas gracias por los votos, comentar si os ha gustado.
Hasta el próximo capítulo pequeños saltamontes!

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