Sherwin:
Alcé una ceja al ver el papel sobre mi pila de libros. Tomé éste y cerré mi casillero.
Hola, Sherwinnie.
Me preguntaba si querrías regresar a casa conmigo, para charlar un poco más, ¿sabes?
Búscame y dime la respuesta.
Jonathan.
Mis mejillas se tiñeron de rojo, siempre había querido regresar con Johnny pero nunca había tenido las agallas de pedírselo. Aferrándome a las correas de mi mochila salí al patio. Había una agradable sombra bajo los árboles así que supuse que estaría allí.
Pude notar que estaba a la sombra de nuestro árbol, así que escalé éste para observarlo. Jonathan estaba concentrado en su lectura.
Mi torpeza decidió aparecer y caí en los arbustos. Escuché las risas por parte del pelinegro y me sacudí la ropa.
- ¡Johnny! –le saludé, acercándome.
- Sherwinnie, ¿leíste mi nota? –preguntó, cerrando su libro. Asentí con la cabeza.
- Regresaremos juntos. –afirmé, sentándome a su lado.
Él sonrió.
- Ahora sé porque siempre tienes ramitas en el pelo. –dijo él, pasando su mano por mis rizos. Me sonrojé, ahora sintiendo mi corazón palpitar fuerte. – Tu cabello es lindo. –continuó acariciando éste.
- El tuyo también. –le dije con una sonrisa. - ¿Puedo...? –extendí mi mano y Johnny asintió.
Toqué su cabello y sentí lo sedoso que estaba, enredé mis dedos en éste con cuidado de no despeinarlo, no quería arruinar el perfecto peinado que Johnny se había realizado.
- Te he dicho que eres adorable, y volveré a decírtelo. –me dijo él. – Eres adorable, Sherwinnie.
- No hagas eso. –murmuré, mientras seguía pasando mi mano por su cabello. Él sonrió.
El timbre sonó y ambos tratamos de levantarnos, perdiendo el equilibrio. Johnny cayó sobre mí. Mis ojos se abrieron cómo platos al ver lo cerca que estábamos. Pude ver sus ojos azules de muy cerca y notar un sonrojo en sus mejillas, estaba tan cerca que hasta notaba aquel rojo en su piel morena. Él simplemente sonrió, pasando su mano por mi mejilla.
- Tienes muchas pecas. –dijo él, acariciando ésta con su pulgar. – Son lindas.
- Johnny, debemos ir a clase. –le dije, él dio un pequeño bufido antes de salir de encima de mío.
Me tendió su mano para ayudarme a levantarme y así lo hizo, nos dirigimos a nuestra clase y las miradas de desprecio no faltaron al ver que habíamos llegado juntos y tomados de la mano.
💙💙💙
- Tu padre... ¿sabe acerca de lo nuestro? –me preguntó Johnny. Yo levanté mi vista de nuestras manos unidas.
- Sí, creí que no le gustaría pero me apoyó. –le sonreí al moreno. - ¿Y tu madre?
- Ella ya lo sabía, y dijo que quería conocerte lo más pronto posible. –él sonrió, elevando nuestras manos. – Pero ni siquiera es algo serio.
Sentí una presión en mi pecho y mis ojos arder. Johnny no creía que lo nuestro fuera serio cuándo yo me preocupaba porque él no pensara mal de mi y de peinar mis rizos para verme bien (aunque nunca funcionara, porque eran incontrolables). Sin siquiera darme cuenta las lágrimas bajaron por mis mejillas.
- Sherwin, ¿qué...? –él se cortó a sí mismo. – Lo nuestro es serio, me refería a que salimos. –me dio un abrazo. – Sabes que te quiero, tonto.
Sonreí, pasando mis brazos alrededor de su cintura y sintió cómo Jonathan me pegaba a su cuerpo. Se separó un poco y me sonrió, volviendo a tomar mi mano y continuamos caminando.
Sherwinnie, te quiero. –él sonrió cuándo llevé mis manos a mi rostro para cubrirlo.