Jonathan:
El hecho de que Sherwin me haya besado ayer simplemente hacía que mis nervios de verlo aumentaran, quería verlo, pero no sabía cómo él iría a reaccionar.
- Hola Sherwinnie. –traté de sonar casual. Él sonrió.
- Hola Johnny. –me sonrió.
Suspiré. Miré hacia ambos lados en el pasillo y sonreí al ver que no había nadie. Debía hacerlo, me estaba muriendo de ganas y eso nunca es bueno. Besé ligeramente a Sherwin en los labios provocando que él se sonrojara hasta las orejas.
Y en mis catorce años de vida, un chico nunca me pareció más lindo que aquello.
Entramos a clase cuándo el timbre sonó, esta vez no me senté con Sherwin porque mi compañero de química era un chico llamado Ethan, es tímido y callado, pero trabaja muy bien en cuánto a los proyectos que el profesor dice que debemos hacer.
La clase terminó y de milagro nada explotó, o se dañó.
Tuvimos el receso corto y caminé hacia la clase de inglés. Al contrario de Sherwin, era bastante bueno en inglés y pasaba la mayoría de la clase leyendo un libro o simplemente mirando al pelirrojo.
Pero esta clase fue diferente porque él se sentó junto a mí. Lo que menos pude hacer en toda la clase fue leer un libro o siquiera concentrarme en la explicación de la profesora, sólo podía tener mis ojos puestos en los de Sherwin, y a él le pasaba lo mismo conmigo.
- Tomaré examen de este tema el día de mañana. -
Genial, estoy jodido.
💙💙💙
Me senté bajo la sombra de "nuestro árbol" aquel escondido entre los arbustos, el refugio que Sherwin y yo teníamos, y abrí mi libro. El pelirrojo llegó allí unos segundos después comiendo un sándwich de mantequilla de maní.
Se sentó frente a mí y me observó, mis latidos se dispararon cuándo él limpió sus manos en sus pantalones para luego tocar mi cabello.
- ¿Qué shampoo usas? –preguntó con una sonrisa.
- Si quieres atención sólo debes decirlo. –le dije, cerrando mi libro y clavando mis ojos a los suyos.
Las mejillas de Sherwin se tiñeron de rojo cuándo esa frase salió de mis labios. Sonreí ampliamente, tomando sus mejillas calientes y acercándolo a mí. Sherwin cerró los ojos fuertemente y acaricié su rostro con mis pulgares antes de besarlo en los labios. El pelirrojo correspondió, noté que no sabía qué hacer con sus manos así que las tomé para colocarlas en mis hombros, antes de pasar mis brazos por su cintura y acercarlo hasta que la tela de nuestros uniformes rozara. Sherwin paró de mover sus labios por unos segundos cuándo comencé a acariciar su espalda con mis manos y en círculos, pero luego continuó correspondiendo.
Me separé y sonreí al notar que el chico frente a mi tenía los ojos fuertemente cerrados y parecía un auténtico tomate.
- Eres lindo. –y allí vamos, se cubrió la cara con sus manos.
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