Amanecí con el despertador resonando por todo el apartamento, rápidamente me levanté y en consecuencia casi caigo de la fuerte bajada de tensión al levantarme de esa manera. Apagué el despertador y puse la cafetera en marcha, mientras organicé mi ropa para ese día la cual constaba de una falda de tubo negra, una camisa blanca de media manga. Me metí en la ducha y lavé mi cuerpo, luego salí con la toalla alrededor de este y mi café ya estaba listo, lo puse en un termo para llevarlo de camino al trabajo.
Al estar lista salí del apartamento, tomé un taxi y le pedí que me llevara a la puerta de la empresa Kim de cadenas hoteleras, al parecer los patrimonios de la familia llegaban hasta un punto casi ilimitado. Cuando llegamos pagué al amable taxista y salí del coche para adentrarme al enorme edificio.
Saludé a Rachel, la joven que me había atendido ayer y sonrío satisfecha al ver mi indumentaria.
-Todavía no ha llegado el señor Kim, que pases un gran día-pasé hasta el ascensor y subí hasta la octava planta donde se encontraba mi despacho y el del señor Kim.
Dejé mis cosas sobre el despacho y bajé a la cafetería, pedí el chocolate caliente y al subir de nuevo al ascensor el señor se encontraba dentro.
-Buenos días señor Kim, espero que haya dormido bien, aquí tiene su chocolate, quiere que le lleve su bolso hasta el despacho?- el señor Kim negó.
-Buenos días a usted también señorita Min, si es posible arregle las 4 reuniones de hoy por mí, pase por mi despacho y le dejaré todo el papeleo- asentí y las puertas se abrieron.
-Quiere que prepare también las presentaciones?- asintió- lo presentaré yo? O quiere presentarlo usted?- el señor Kim sonrió.
-Usted presentará la de las siete y media- asentí- trabaje duro señorita Min, enséñeme de lo que es capaz- sonreí.
-Eso está hecho señor Kim- fui a mi escritorio y prendí los dos computadores, luego me fui al despacho del señor Kim y toqué antes de entrar, cuando su pequeño grito me avisó " Adelante" y entré.
-Vengo por los informes para las presentaciones de hoy- el señor Kim asintió mientras me extendió los papeles de todas las presentaciones- volveré en 3 horas para que les eche un vistazo- antes de salir me llamó.
-Señorita Min- le miré- si recibe una llamada de una señorita llamada Agatha no la pase conmigo- asentí y me dirigí a mi puesto de trabajo.
Ya había acabado con todas las presentaciones y el señor Kim me había dado el visto bueno, era mi hora de comer y antes de que pudiera levantarme para comprar mi almuerzo el teléfono sonó.
-Compañía hotelera Kim, mi nombre es Min, en qué puedo ayudarle?- solté el mismo discurso de siempre esperando que esta llamada fuera lo más corta posible.
-Hola, buenas tardes, mire quisiera hablar con el señor Kim- dijo a lo que yo me quedé dibujando en un papelito.
-Con quién tengo el placer de hablar?- seguí con mi hermoso dibujo.
-Soy Agatha, su prometida- asentí lentamente.
-Lo siento señorita Agatha pero su prometido ha salido a comer así que no puedo pasarle con él, quiere que le deje algún recado?- el suspiro de frustración se pudo escuchar hasta el otro lado de la línea.
-Dígale que me llame- asentí como si me viera y apunté su nombre y recado.
-Está bien señorita Agatha, siento no poder ayudarla, espero que tenga un bonito día- tomé mi bolso y saqué la cartera.
-Gracias, igualmente- y por fin colgó, me levanté de mi despacho y fui al de mi jefe.
- Señor Kim, ha llamado la señorita Agatha, me ha dicho que la llame- cuando miré a mi jefe y me percaté que yacía dormido me acerqué, le quité las gafas del rostro, lo apoyé en el respaldo de su asiento, tomé una pequeña almohada y se la puse.
