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Los días pasaron, nuestras presentaciones habían sido un éxito y tan sólo nos quedaba el baile de gala en la mansión de uno de nuestros más arraigados socios.

Estos días Tae estaba mucho más tenso de lo normal, si no recuerdo mal todo había comenzado con aquella chica de ojos cafés y pelo largo, debo admitir que era muy mona, pero no me daba buena espina. La chica trabajaba en la empresa del señor Hoseok, un gran amigo de Tae, ella era su secretaria pero básicamente el señor Hoseok hacia el trabajo de ella.

-Señorita Min...la siesta terminó, debe vestirse para la fiesta- dijo Tae a mi lado.

-Cómo entraste?-pregunté levantándome de la cama, pero al sentir un leve mareo me sujeté a ella- tengo que aprender a no levantarme tan deprisa- sin darme cuenta Tae me tomaba de la cintura suavemente, para luego guiarme hasta el baño.

-He preparado el baño así que adelante- le miré y sonreí.

-Tengo que...- Tae me calló con un beso y me desvistió.

-He puesto el conjunto de ropa interior nuevo en el sofá, tu vestido también está ahí y los zapatos están a un lado de la cama. Yo también me iré a duchar, vendré a por ti en dos horas.- y con un casto beso salió de la habitación.

Me duché, me maquillé con una base clara, luego repasé un poco mis cejas, puse una línea gruesa de un azul muy clarito en el párpado, lo difuminé un poco y me hice una ralla doble, luego me puse un color rosa pálido en los labios. Con el maquillaje listo me puse mi vestido y comencé con un peinado básico que consistía en una trenza de espiga. Finalmente quedaban los zapatos cuando el timbre sonó. Tae estaba al otro lado de la puerta con un smoking negro pero con el detalle de tener los gemelos del color de mi vestido.

-Estás hermosa - sonreí inocente.

-Usted también lo está, señor Kim- Tae entró a la habitación y miró a mis zapatos aún sin poner.

- Aún no se ha puesto los zapatos por lo que veo- asentí.

-A eso iba cuando llamó- me dirigí a la cama y me senté, apunto de ponerme el primero Tae me lo quitó de las manos.

-Extienda el pie- lo miré extrañada- hágalo señorita Min- al final hice lo que me dijo y al ver cómo ponía el zapato me ruboricé.

- Parece una diosa con esa sonrisa y creo que pondré celoso de cualquiera que la vea- cuando quise darme cuenta el señor Kim me ponía algo en el cuello.

-Qué es esto señor Kim?- Tae se rió y me miró a los ojos.

-Es un collar para mí diosa- sonreí como estúpida y Tae me ayudó a levantarme.

Tomé mi cartera y salimos de la habitación. Al llegar al coche Tae me abrió la puerta como un verdadero caballero a lo que le respondí con una sonrisa dulce y una pequeña reverencia.

-Tan bonita como siempre señorita Min- dijo al sentarse a mi lado.

-Aún no sé por qué me sigue llamando así si sabe mi nombre- la sonrisa de Tae se extendió.

-Me gusta llamarla así- ante las palabras de Tae un leve sonrojo se situó en mis mejillas.

El viaje se nos hizo corto y una vez estuvimos en la mansión no tardamos en ser el centro de atención, no me gustaba serlo ,pero las miradas pervertidas que violaban cada espacio de piel que dejaba a la vista eran respondidas por las miradas amenazantes de Tae.

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⏰ Última actualización: Mar 20, 2018 ⏰

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La señorita Min..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora