E-L-L-A & E-L-L-A

14 (esto no es el fin)

Fui por el pasillo oscuro hacia Brenda, su espejo estaba más deteriorado, lo pasé con esfuerzos, no esperaba lo que iba a encontrar ahí; en el medio de la habitación se erguía una criatura como de dos metros y medio, piel escamosa y ojos vacíos, que miraban fijamente a Brenda, conectada a ella, absorbiendo su sangre. 

Ella levantó su vista a mí y me dijo que me marchara con los ojos.

-¡No, vine a salvarlas!- ella hizo una mueca horrible, supuse que de furia, pero estaba transformada, lo que sea que fuere ese monstruo, había absorbido su parte humana. Se levantó e intento lanzarme una silla que no sé dónde estaba, creí que la habitación sólo la contenía a ella y a esa cosa, pero continuaba lanzándome objetos. La bestia me miraba con el vacío en sus ojos, notaba algo de felicidad en ella, mientras la escuálida Brenda intentaba atacarme; la tenía de alguna forma poseída.

-Tienes que escuchar, yo puedo ayudarte, tenemos que ir al pasillo central, por favor- le dije mientras ella me lanzaba un florero.

-¡No! No existe tal pasillo, no iré contigo, estoy salvando a todos aquí, compartiendo mi sangre con esta be... - su voz se fue y comenzó a hacer sonidos inhumanos, la bestia ahora sonreía, Brenda dejó de lanzar cosas y se lanzó encima de mí, intentando morderme; me arañaba y me saltaba encima. Yo estaba en el suelo intentado defenderme cuando la idea vino a mí. 

Me paré con las pocas fuerzas que tenía y pisé hasta deshacer los cables que conectaban a la bestia y a Brenda, ella cayó desmayada, pero con un semblante humano; la bestia comenzó a aullar y me miró con furia - Lo pagarás- dijo con su extraña voz, antes de lanzarse sobre mí, la esquivé con dificultad y la bestia se pegó directamente con el suelo en la cara o lo que fuera.

Mientras se recuperaba, aproveché para cargar a Brenda y salir de ahí. Regresé mi puño al espejo y lo rompí con tanta fuerza que mi mano parecía la corona de una princesa, llena de cristales. 

Brenda se recobró y me dijo : -has vencido al odio de este reino, ahora falta la envidia y después el dolor. Bien hecho- 

Caminamos por un pasillo a la izquierda del espejo, que juro no había estado ahí antes, estaba iluminado, sin embargo la sangre aún corría por las paredes. Doblamos a otra izquierda y sentí que habíamos llegado. Era un pasillo muy ancho y con puertas al inicio y al fin. Más bien era una galería con vitrales que daban a una pared.

FÁCIL, pensé pero un movimiento en la esquina del pasillo me hizo cambiar de opinión.

NOP, ÉSTE NO ES EL FIN, LA INSPIRACIÓN REGRESÓ A MÍ, PERDONAR.