ACTO 2 "EL INICIO DE NUESTROS PECADOS"

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Un día más había comenzado, no podría decir la fecha pues perdimos la noción del tiempo, Agameron que vivía en la iglesia a pesar de estar en completas ruinas, nadie sabía el apago que tenía a ese lugar. Pero no salía de ahí. En la oficina que estaba hasta el fondo del recinto. Ese cuarto era su habitación. No era un lugar muy grande, pero tenía lo básico, tenía una cama, un escritorio, una jaula con un ave, un armario y un espejo bastante grande.

Estaba durmiendo cuando el canario que tenía en la habitación empezó a cantar así despertando inmediatamente. Al abrir los ojos, se tallo fuertemente la cara con su mano derecha, mientras que la izquierda sostenía su arma de oro. Al descubrirse el rostro, vio fijamente el techo y exclamo.

-otra pesadilla... ¿eh?... no creo aguantar más tiempo así.

Cuando se levantó de su cama y fue inmediatamente a alimentar a su canario, mientras lo alimentaba su cara no reflejaba ningún rasgo, ninguna emoción, era como si estuviera muerto por dentro, como si solo viéramos un cascaron vacío. Al terminar fue inmediatamente al almacén donde se cambió, tenía los típicos conjuntos, la típica vestimenta que llevaba. Al cambiarse vio las armas que tenías, a pesar de tener metralletas y granadas. El siempre llevaba su pistola de oro, que tenía la forma de una cruz, y grabados que se veían en cintas bíblicas. También lo acompañaba por su espada, que estaba fabricada por crucifijos de metal, los cuales estaban bendecidos, y su mango tenía la forma de una serpiente.

Se puso su sombrero, se miró al espejo, y empezó a recitar una oración.

- Que la fe llegue pronto, para que así mi alegría regrese junto con la paz, mientras mi sabiduría me protegerá, para así no caer nuevamente en la soledad.

Al terminar solo se rezó, guardo sus armas en las pistoleras, y salió de su habitación. Al salir a la sala principal inmediatamente vio el sol, solo veía el resplandor del brillo. Se acomodó el sombrero y fue a la puerta principal de la iglesia. Al salir escucho una leve voz que venía por el crucifijo. –Ayuda... -fue los que se oyó, apenas un leve susurro, pero a la vez los escucho como si alguien lo hubiera dicho justo al lado suyo.

Solo se volteo lentamente, empezó a investigar el lugar, vio fijamente las paredes de la iglesia, al ver que todo estaba normal, vio fijamente el techo destruido, en busca de alguna sombra. Al no ver nada fue nuevamente a la puerta principal, pero al tocar la manija escucho nuevamente una voz, pero ahora se escuchó con bastante claridad. –Los matare a todos... -dijo fuertemente. Al voltearse rápidamente no vio nada, solo veía una iglesia completamente vacía y destruida. Fue rápidamente al altar donde estaba colgado el crucifijo. Al llegar lo miro fijamente, solo vio el rostro del que todos llaman el creador. Al ver fijamente los ojos de la escultura de crucifijo, sacó su arma e inmediatamente disparo a la cabeza de la escultura. El eco del disparo se oyó como si cayera un rayo, el olor de la pólvora empezaba a mezclarse con el aire. Solo vio la escultura destroza, con un rostro inexpresivo, cuando el padre James le hablo.

- Escuchando voces nuevamente...

- ... ya no sé quiénes son los lamentos...

- Tienes que ser fuerte...

- ¿Por cuánto tiempo?

- La felicidad no llega sin sacrificio, necesitas esforzarte y buscar refugio en la religión...

Cuando Agameron disparo inmediatamente a la escultura nuevamente, seguido de un pequeño silencio, volvió a disparar hasta que se acabó el cargador de su pistola. Al terminar hubo un pequeño silencio, después de que el último eco se dispersara, Agameron vio al padre y hablo.

- No me digas que crea en esa mierda... tú sabes bien por qué razón no respondió este lugar... y sabes a la vez porque estoy aquí...

- Y por eso te digo que vuelvas a ese camino... el odio te está consumiendo... el perdón te salvara...

La fe de los demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora