La fe de los demonios

Prologo

“DIOS AUN NOS AMA, PERO LA HUMANIDAD A EL NO, POR QUE LA FE FUE PUESTA CIGAMENTE EN EL HOMBRE, QUE EN DIOS.”
                                               -BRANDON ARIEL ALMAZAN ARCE
INTRODUCCION.
La tierra, nuestro hogar, nuestro planeta, es una de las mayores bellezas que existe en el universo. Y a la vez un enigma para todo el ser humano que lo habita. Hay tantos secretos que no conocemos de nuestro propio hogar. Pues abarca gran cantidad de leyendas y mitos, todavía su creación sigue siendo un misterio. Todo el mundo está lleno de secretos, de historias, de sabiduría. Pues al paso del tiempo nos han compartido sus historias del planeta. Pero lo que creíamos historias, mitos, profecías. Al final todo eso era verdad, se convirtió en una realidad. Un día, trompetas empezaron a sonar en el cielo, un sonido aturdidor que se metía a tus oídos, que llegaba a penetrar tu alma y sentías como el sonido de las trompetas quebraban tu espíritu, acompañado de un frio interior que recorría todo tu cuerpo. Empezaron a salir Ángeles desde las nubes del cielo, y al mismo tiempo de la tierra se abrían agujeros de los cuales salían demonios. Todos inmediatamente empezaron a luchar entre ellos, combatiendo, solo veías muerte al alrededor. Ángeles y demonios muertos, el color de la sangre esparcirse por el pavimento, y el olor de la sangre acida, solo sentía como el aroma me iba consumiendo. Los demonios superando en número a los Ángeles, no tuvieron más opción así que empezaron a retirarse del lugar, dejando a la humanidad a merced de los demonios, abandonándonos, asesinándonos. Los demonios inmediatamente al ver que se retiraban los Ángeles, empezaron a matar y esclavizar a los humanos.

A ese día se le conoce como el caos de la divinidad, desde ese día Ángeles y demonios se veían constantemente caminar por las calles del mundo. En tan solo 3 días, la humanidad de 8 billones de personas murió más de 75%. El pánico se hizo presente a tal punto que de los humanos empezaron a matar a demonios, al igual que los Ángeles. Era un lugar desbastado, era el mismo infierno, se volvió una lucha del más fuerte. La humanidad empezó a sobrevivir como pudo, las divisiones políticas tomaron acciones y se volvió toda una misma nación. Todos tenían el mismo objetivo, evitar la extinción humana.

Llego cierto momento en que ya nadie podía confiar en su misma especie, humanos mataban humanos, Ángeles a Ángeles, demonios a demonios… no era más que una cacería sin fin. Las calles bañadas en sangre, cuerpos y más cuerpos de las 3 especies, era imposible respirar sin que el olor de los cuerpos putrefactos te afectara, no había un solo lugar que no oliera a muerte. Al final sobreviviendo a esta extinción, los Ángeles empezaron a tomar el control del mundo. Nos garantizaban protección, esperanza, fe. Cada continente fue protegido por un arcángel, pero aun así había varios lugares que no contaban con su protección, los demonios aprovecharon para esclavizar a los humanos que vivían ahí, en algunos casos loa matarlos para entrenar. Ese es el caso de mi pueblo, sin ninguna protección todos estaban a merced de los demonios. Solo nos escondíamos cual ratas esperando, rezando para que no nos encontraran, pero los demonios incluso nos ignoraban, se divertían dejando que nuestro propio miedo creciera, a tal punto de asesinarnos a nosotros mismos. Gente moría de hambre por el miedo, no podían recoger los frutos sembrados, gente se suicida al no aguantar la presión generada, gente empezaba a matar a otros, para así comer la carne de sus amigos para sobrevivir. No podíamos luchar contra ellos, eran demasiado para nosotros.
Hasta que un día, cuando el sol apenas estaba tomando su lugar en las llanuras, un ciudadano del pueblo empezó a matar a todos los demonios que habitaban el pueblo.

Su nombre era Agameron, desde ese día se convirtió en el protector de ese pueblo, y próximamente del mundo. El seria quien salvaría a la raza humana de los demonios.

Pero ellos no eran los únicos de quienes deberíamos haber temido.

Realmente quien es tu verdadero enemigo.