Cᴀᴘ 6 🔥《 Cʀᴏɪ̂ᴛʀᴇ 》

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Ya han pasado los nueve meses, los dioses y diosas han estado al tanto del proceso de este. Vigilaban pacientemente a la pareja y el proceso que el embarazo significa y llevaba. Estaban ansiosos pues sólo faltaban horas para el día acordado, cosa que les emocionaba de sobre manera, Apolo, tenía un presentimiento que no podía explicar. Sin saber que otra profecía ya estaba en la tierra, tras haber nacido dos días antes de la semidiosa. Pues el encargado de entregar esta profecía era el Oráculo, no el dios del sol y todavía no era tiempo.

En una "humilde" mansión donde la alegría y paz reinaban, ignorante de lo que a su alrededor pasaba se encontraba la pareja, en una de las muchas costas de España. Con algo de dificultad Alexia caminaba en la cocina, junto con Apolo y Atenea cuando lo tan añorado sucedió pero, en el momento menos esperado por todos.

《Splash! Splash!

Apolo: ¿Eh? ¿Q-Que fue eso? -Dijo desconcertado pero muy asombrado al casi resbalarse por un líquido en el piso y rápidamente agarró del brazo a Alexia para evitar que cayese por el líquido.-

Alex: ¡AHHH!! ¡QUE HE ROTO FUENTEEEE, JODEER! -Grito alterada Alexia, logrando que todos se paralizarán por un momento, quedando pálidos pero actuaran rápido. Fernando la agarró junto a Apolo, la llevaron lo más rápido que pudieron sin lastimarla al vehículo naranja del dios del sol, al haber entrado, se apuraron ligeramente al manejar, al hospital más cercano en la zona. Gracias a los dioses se habían mudado a una zona adinerada que contaba con su propio hospital privado y de buen servicio. Por otro Atenea fue a avisar al olímpo de este hecho logrando que todos se apuraran para poder al fin, ver a su tan esperada semidiosa, su última consentida.

《Unas horas después

Todos estaban ansiosos por ver a su pequeña, a su semidiosa, algunos estaban sentados con lo que parecía un tic nervioso en sus piernas o manos mientras otros caminaban de un lado a otro. Todos esperando ver a la tan añorada pequeña, de nombre Evangeline.

Enfermera: Ah.. -Quedó extrañada al poder ver a las 24 personas allí presentes algo raro, pero se parecían en lo hermosos que eran, tanto los hombres como las mujeres logrando embobarla hasta recordar porqué estaba allí, aclaró su voz al notar las miradas en ella y con un sonrojo habló- Ya la bebé nació, pueden pasar a verla.

Se retiró pero antes les indicó la habitación donde de encontraban, y así irse muy avergonzada. Luego de buscar, perderse y preguntar, lograron llegar vivos a la habitación, un poco de exageración por parte de los dioses pero las cosas mortales como los hospitales no eran de su agrado. Al entrar lograron observar a Alexia con su mirada en un punto fijo, tenía una mirada llena de lágrimas y amor, con una pequeña sonrisa, cargaba en sus brazos a la pequeña Eva y, a su lado se encontraba Fernando abrazándolas a las dos. Era un hermoso momento para todos.

Alex: Acérquense.. Parece que ellas les ha sentido..  Sintió vuestras presencias -Dijo soltando lágrimas de alegría. Mirando como su preciosa hija abría sus ojos. La bebé al nacer sólo había llorado un momento y de allí sólo trataba de abrir sus ojitos queriendo conocer el mundo a su alrededor.-

La hermosa bebe había nacido con ojos de colores. Si, ojos que parecían cambiar de un color a otro, una anomalía para los médicos pero una muestra, para los dioses, del poder que ahora corría por sus venas. El cabello lo tenía bicolor, otra anomalía que acertaban era por los colores de cabellos de sus padres. Lentamente paso por brazos de cada uno de los dioses los cuales la observaron y supieron enseguida lo que debían hacer, era demasiado peligroso para ella estar en el Olímpo. Su olor era muy fuerte. Y, aunque les doliera demasiado sabían que era lo correcto, en cuanto Eva llegó a brazos de Zeus, este la observó, luego les vio las caras a cada uno con un toque de dolor, les miró a los mortales y suspiró.

· . ⋆ * ✷ lɑ Ʋ́Ɩեíʍɑ Ƈօղsҽղեíժɑ ժҽ lօs Ɗíօsҽs✷* ⋆  .  ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora