Prólogo

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Iba por el frío pasillo acercándome a la última puerta. Todo estaba silencioso, lo único que se podía escuchar eran mis pisadas.

Rara vez iba por ese pasillo para ver a mi padre. Pocas veces me llamaba para verlo en su despacho a no ser que fuera para decirme algo importante o mandarme alguna de sus “misiones”. Empujé la puerta lentamente ya que estaba entreabierta. No era tan educado para llamar a la puerta y que él me diera permiso para pasar. Miré todo su despacho y ahí se encontraba él, sentado en su sillón con un puro en la mano y en la otra mano un par de hojas. Miraba muy atento a aquellas hojas ¿qué serían? Parece que no se dio cuenta de mi maravillosa entrada.

-¿Padre?-Di un paso al frente.

Alzó su mirada y creció un poco su sonrisa. Pocas veces le veía sonreír ahora.

-Hijo.-Dejo las cosas en la mesa y se acercó a mí a darme un abrazo.

No me moví, tampoco hice movimiento para mover mis brazos. Se separó de mí y se quedo mirándome fijamente.

-¿Qué tal estás?

-No me apetece que tengamos una de esas charlas. Dime qué quieres. Tengo cosas importantes que hacer.

-¿Irte de putas y emborracharte?-Salió una sonrisa de mis labios ¿le tenía que responder a esa pregunta que él ya sabía la respuesta? Suspiró y se dio la vuelta para caminar hacia su mesa.- Te necesito para esto.

-Vaya, ¿papi necesita ahora mi ayuda? Pensé que después de echarme la culpa de que te pillaran con ese cargamento de droga ya no me ibas a necesitar más.

-Sabes que tu plan salió jodidamente mal.-Se quedó otra vez el despacho en silencio hasta que volvió a abrir la boca.-No quiero discutir otra vez por eso. No te llamé para eso.

Empezó a buscar entre el papeleo que tenía encima de la mesa hasta que parece que encontró lo que buscaba. Apartó los demás papeles y abrió esa carpeta amarilla.

-¿Qué es?-Me acerqué a la mesa y puse toda mi atención a aquella carpeta.-Un asesinato, drogas…

-Quiero que tengas bien fichada a esta.-Me interrumpió rápidamente.

Agarré la foto y puse toda mi atención a aquella foto mientras mi padre me hablaba. Era una chica bastante mona. Ojos grises, pelo largo y castaño y aquella chica sonreía en aquella foto. Se le veía despreocupada y feliz. Pobre chica… no sabía dónde se iba a meter ahora.

-Se llama Alessa Ciavarello, tiene 18 años, es hija de Joseph Ciavarello, ya lo conoces. Va a ir a tu mismo instituto.

-Y ¿Qué quieres de ella?

-De momento no te puedo decir nada más. Solo que no te enamores, te advierto.

-¿Te crees que una niña de estas va a venir y enamorarme?-Me guarde la foto y eche una pequeña risa.-Si no me necesitas para nada más me espera unas deliciosas compañías.

Me giré y me fui acercando a la puerta a grandes zancadas hasta que la voz de mi padre hizo que le prestara atención.

-Marco, no me gusta esta vida que llevas.

-¿Y ahora me lo dices? Llegas en mal momento para ser el padre correcto y bueno. Directamente no eres el indicado para decirme eso.

Cerré la puerta  salí de esa casa con mi moto. Ya quería alejarme de ahí.

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¡Hooolaaa! Uooooolaa chicas pandas hermosasbebes de porcelana)?!!! Aquí empiezo mi primera novela y me gustaría muucho mucho muchito que la leyerais y que comenteis :) Quiero saber vuestras opiniones malas o buenas. Acepto cualquiera de las dos y bueno no se que más poner..¿dije que la leyerais? Bueno pues de momento subiría tooodos los días a no ser que...me rapte un gnomo :O

Muuuchoos besos y abraaazos pandiles A TOODAAASSS!! :D

Aléjate de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora