『Capítulo 30』

18.4K 2.3K 973
                                    

Me levanto de la cama con mucha fatiga, y un terrible dolor en el abdomen. Y creo saber por qué. Odio la menstruación. Malditos cólicos infernales.

Anoche y apenas pude dormir.

Primero por lo dolores, y después porque mi cerebro no dejaba de darle vueltas a lo de ayer.

Lori, que en relidad se llama Lorena pero mi hermano le dice Lori, por lo que a mi se me pegó Lori. En fin, la chica en cuestión es un gran dilema.

No sé como acercarme a ella sin que me ataque, y ya he visto que tiene garras.

Me dirijo al baño para hacer mis cosillas, aprovecho para tomarme una pastilla que me aliviante los dolores menstruales y luego de darle de comer a Towi bajo a desayunar.

Llego a la cocina e ingreso, encontrándome con Jordi y Seb, sentados a la mesa al lado de papá, quien frente a él tiene un plato con como una treintena de panqueques, una taza humeante de café con leche y a su lado un tarro de dulce de leche abierto el cual tiene una cuchara sumerjida en el.

Al ver al chico de gafas sentado recto, al lado de mi hermano y mirando a papá que habla de trivialidades, me ruborizo un poco

Los tres están tomando sus infusiones, y al ingresar a la cocina y verlos yo voy a la heladera por un poco de leche para calentarla y robarle unos panqueques a papá.

Están tan concentrados hablando que ni me notan. Soy como un ninja. Mamá lo atribuye a mi andar perezoso de pasos sigilosos.

─ Papá... ─Lo llama Sebastián sentado a su derecha. Dejando de lado su café con leche oara enderezarse en la silla, y juntar sus manos por sobre la mesa.

─ ¿Qué pasa?

─ ¿Puedo ir al zoológico?

─ No. ─Responde mi progenitor cortándolo de cuajo. Veo a Seb refunfuando.

─ ¿Tu me amas, papá?

─ Sí. ─Papá no titubea.

─ ¿Y nunca has escuchado ese dicho que dice...
Si amas algo déjalo ir?

Dejo escapar una risita y tomo la leche, para posteriormente cerrar la puerta de la heladera.

Miro a los tres que se percataron de mi presencia por la risa. Ellos me están observando.

Papá me mira asustado, Seb igual, y Jordi...
Jordi me echa una mirada de pies a cabeza. Y es que visto un pijama de pantalón largo y una remera de pijama que es de manga larga pero deja un poco de mi abdomen a la vista ya que crecí un poco para caver en la pijama de ositos que me regaló mamá para mi cumpleaños número dieciséis.

─ Pansurri, alcánzame la espátula. ─Me pide papá mirándome a mí y luego a los otros dos. Pansurri me dice haciéndo referencia a la pansa.

Lo miro confundida y luego busco el utensilio en su cajón correspondiente, lo encuentro y se la alcanzo dejándola en la mano alzada que él mantenía para que el objeto quede allí.

Aprisiona el mango y mira a Jordi.

─ Niñito de anteojos, me imagino que lo que estás viendo con esos ojos libidinosos no es a mi pequeña hija... ¿verdad? ─Papá habla en un tono bien al estilo mafioso.

Jordi se da cuenta de que le hablan a él y lo mira asustado. Pasa saliva con fuerza y se remueve en su asiento enderezandose cual soldado regañado.

─ N... No señor. ─Niega él con voz temblorosa. Eso es señores, Hugo Delek mete miedo cuando se lo propone. Y hasta parece que Jordi dentro de poco podrá audicionar para alguna obra teatral como «hoja»

❝Proyecto G❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora