Los días habían pasado y Lucia había vuelto a ser la misma de semanas atrás, salía de su habitación solo para comer o pasar un rato leyendo en el jardín. Por supuesto estaban las tardes en que los chicos del teatro visitaban a su madre y ella solo se encerraba en su habitación.
Se encontraban en el pequeño comedor del jardín terminando su almuerzo, para luego Lucia por supuesto encerrarse en su cuarto mientras llegaba su profesor, y su madre acomodar cosas de trabajo mientras llegaba la hora para irse al teatro.
- ¿No has pensado en volver a actuar?- preguntó Lucia a su madre.
- No, en realidad no- respondió la mujer- mis momentos en los escenarios solo lo tengo como un buen recuerdo, cada una de las obras en las que participe, más el recuerdo de tu padre, al que conocí en una de las presentaciones- contaba Merlina- cuando lo vi actuar, la química que tuvimos al realizar una parte juntos, me cautivo de inmediato- finalizó soltando un suspiro.
- Fue muy difícil cuando se nos fue- dijo la pelinegra triste recordando a su padre.
- Si, cuando murió parte de mi se fue con él- confesó Merlinda.
- Lo sé, pero ya es hora de que te des una oportunidad- respondió su hija- es hora de que vuelvas a amar- la animó.
- No lo creo hija, no creo poder- confesó la mujer con tristeza.
- Vamos mamá, aun eres joven y hermosa, puedes volver a la actuación y también a amar. Date esa oportunidad- dijo Lucia mirándola fijamente.
- ¿Y tu cuando te la darás?- preguntó Merlinda mirándola de la misma forma en que Lucia lo hacía.
- Eso es totalmente diferente madre- respondió la pelinegra- apartando la mirada de los ojos de su madre.
- Claro que no hija- enfatizó la mujer.
- ¡Si, si lo es! ¡Por favor madre mírame!- bramó Lucia con rabia y tristeza.
- Eres una chica hermosa, especial y...- el grito de la chica la hizo callar.
- ¡Una invalida! ¡Una inútil en silla de ruedas!- gritó.
- Y sigues siendo especial, para todos en la casa y para Amara, siempre te ha querido como una hermana y...- Lucia hizo callar nuevamente a su madre.
- ¡¿Hermana?! ¡Ja!- exclamó la pelinegra- sabes ella sabía que los chicos vendrían, siempre estuvo enterada y no me lo advirtió, solo dejo que me descubrieran sabiendo que eso me lastimaría- confesó la chica- eso mamá, no lo hace una hermana- enfatizó dolida.
- Lucia hija- la señora Drapper no continuó la ver salir a la nana.
- Disculpe señora, aquí están los chicos- dijo Mileidy apenada de interrumpir.
- Disculpe profesora, podemos venir en otro momento- habló Luis.
- No, para nada, están en su casa- respondió la mujer.
- Hola y adiós- dijo Lucia haciendo girar su silla pero se detuvo en la puerta que llevaba a la casa- mamá no quiero ningún comentario sobre nuestra conversación- dijo seria y entró.
_________________________________
Lucia continuó molesta y triste a su habitación, no había querido discutir con su madre, simplemente pensaba en ella, y sabia que la idea que le había planteado de darse otra oportunidad era la correcta, para que la mujer pudiese ser del todo feliz.
- ¿Estas bien?- escuchó la voz de su nana luego de que la puerta se abriera.
- Si, y por favor quiero estar sola- le pidió elevando su tono de voz pero en ese momento su expresión fue parada en seco por la presencia de uno de sus compañeros de teatro...
- ¿Y a mí también vas a correrme preciosa?- Pregunta Kenny con un tono de voz un tanto sarcástico y elevando su ceja derecha.
- ¿Qué haces aquí? – Refuta Lucia sin separar su mirada de disgusto de los ojos del chico.
- ¡Yo mejor los dejo solos!- aclara Mileidy mientras mira con preocupación a Lucia y le hace una seña antes de salir, haciéndole entender a la chica que estaría cerca por si la necesitaba.
- ¿Y entonces cariño, también me vas a correr de tu habitación? Sitio en el cual pasamos tantos momentos inolvidables y únicos, cuando dormías entre mis brazos - continua diciendo el chico haciéndole recordar a la pelinegra su pasado con él.
- ¡Cállate infeliz! Y por favor vete- Le responde Lucia con rabia en su rostro y volteando su silla para darle la espalda, colocándose levemente al lado de su cama.
- ¡Pues no chiquita! Fíjate que no me voy- exclama Kenny acercándose a ella y volteando su silla para quedar de frente- y no me des la espalda que sabes que me gusta mirar a los ojos cuando estoy hablando- fulmina el chico dándole un beso en la mejilla a Lucia.
- ¡Suéltame cobarde!- brama la chica con desesperación y rabia mientras retira con un movimiento brusco de su rostro la mano derecha de su acompañante.
- ¡Tranquila hermosa no quiero lastimarte, solo vine a recordarte los momentos hermosos que pasaste junto a mí y a decirte que quiero revivirlos!- Sentencia el chico acercándose lentamente a los labios de Lucia.
¡Vete Kenny!- Grita la pelinegra evitando las intenciones del chico pero este con un movimiento rápido toma el mentón de Lucia y lo voltea para que sus miradas se claven.
¡Aprovéchame Lucia, porque nadie jamás en tu vida se fijara en ti en el estado en el que estas, y no te me pongas malcriada porque la próxima vez no sé si llegue a hacer tan delicado contigo!- Finaliza Kenny soltando a la chica y dejándola en la soledad de su habitación atónita y desconcertada por sus palabras.
ESTÁS LEYENDO
SUEÑOS ROTOS
RomanceLucia Drapper, hija de una famosa escritora, directora y actriz teatral. una chica sencilla, extrovertida y de una inmensa alegría, la cual se desvanece luego de un fuerte accidente automovilístico la cual la deja en silla de ruedas. Desde ese momen...