Capitulo 5

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¿A que venía aquel gesto tan repentino por parte de aquel rubio? Tenía una idea de lo que podría significar pero en ese momento solo la ignoro borrando todo pensamiento cuerdo que tuviera en la cabeza y dejándose llevar completamente por la lujuria que, acorde avanzaban, seguía aumentando más y más.

La sensación que causaba aquel beso era tan extraña pero a la vez tan placentera. Se separan por un segundo solo para tomar una rápida bocanada de aire y poder seguir con aquel brusco y seductor beso que los llevaba directo a algo más o al menos, es lo que esperaban los dos cuando alguien llama a la puerta interrumpiéndolos en pleno acto.
Los primeros golpes solo los habían ignorado pero luego se había vuelto complicado seguir en aquellas condiciones, hasta comenzaba a ser tedioso.

— mierda, quien quiera que sea al parecer te necesita con urgencia, maldito dos caras. —se separa con lentitud y luego se arregla sus ropas que habían sido arrancadas casi por completo.

— no se me ocurre quién puede ser para venir a golpear de ese modo. —se relame los labios inconscientemente dirigiéndose hacia la puerta.

Al abrirla, se encuentra con Uraraka algo emocionada y Midoriya que tenía una nerviosa expresión en su rostro.

— ¡l-lo siento Todoroki kun! L-le dije que no viniera y mucho menos golpeara de esa manera, pero no me hizo caso. —hace varias reverencias apenado jalando suavemente de la camiseta de aquella chica hiperactiva.— vámonos de aquí, Uraraka san...—susurraba cerca del oído de la chica.

— espera unos momentos, Deku. —dice la muchacha volteándose al chico y luego clavando la vista en el joven de doble Quirk— oye, Todoroki kun ¿que sientes por Midoriya? —le dedica una media sonrisa coqueta— sabes a qué me refiero ¿cierto?

— ¡¡Uraraka!! —gritaba desesperado el chico de cabellera verde mientras ocultaba su avergonzado rostro entre las palmas de sus manos.

— em...no se a que te refieres. —decía con su expresión normal. Realmente, no sabía muy bien a que se refería su compañera y tampoco quería arriesgarse en responder algo que puede estar erróneo.

Al pasar unos segundos, la puerta se abre aún más, dejando a la vista al muchacho de las explosiones que se apoyaba del hombro de Shouto con una divertida y sarcástica expresión.

— ¿enserio? La cara redonda te está preguntando si tienes algún deseo por este estúpido nerd.

— ¿¡eh!? ¿¡B-bakugou!? ¿¡Q-que haces en...tú y...a-ah.

— ¿¡k-kacchan!?

Ambos jóvenes estaban realmente sorprendidos y quién sabe que les pasaba por la cabeza en esos momentos al verlo aparecer de esa manera.

— oye, cara redonda. Yo responderé a tu pregunta. —toma bruscamente al bicolor de la camisa clavándole un beso en los labios el cual corto en instantes.— Deku ya perdió su oportunidad con el. Ahora, lárguense mierda, estábamos en medio de algo.

Sin más, el rubio jala al chico devuelta a la habitación, cerrando de portazo en las narices de sus otros compañeros que habían quedado estupefactos ante ese reciente acto presentado por Katsuki.
Todoroki también se había sorprendido pero más que nada, se había molestado al haber entendido por fin, los motivos iniciales del chico.
Ahora, era momento de reaccionar y volver a colocar los pies sobre la tierra.

— ¿era necesario todo ese show? —dice cruzándose de brazos y mirando fijamente al de ojos carmesí que se recostaba en la cama como si nada hubiera pasado.

— era para que no regresaran más. —cubría sus ojos con su antebrazo sin borrar aquella sonrisa burlona.

— encontraste otra manera de fastidiar a Midoriya ¿no es así? —hace una pausa soltando un bufido molesto.— no estoy para que me utilices, Bakugou.

Un pesado e incómodo silencio se armó en la habitación. Al fijarse mejor en su acompañante, pudo notar que apretaba sus puños con fuerza.

— si no dirás nada, tomaré ese silencio como que estoy en lo correcto y que solo soy parte de un tonto juego. —se arregla sus ropas tomando una chaqueta y colocándosela con cuidado.— voy a...voy a tomar aire. Cuando regrese, no quiero encontrarte en mi habitación...por favor...

El joven sale de su habitación cerrando la puerta tras de él y apoyándose en esta.
Estaba molesto, confundido y triste. Sabía perfectamente que desde un principio, todo había sido parte de algún juego o broma absurda pero, una parte de él, quería creer que todo lo que le dijo era cierto y que después de todas las cosas que habían ocurrido, al fin le había dado una oportunidad.
Pero no, nada de eso había sido verdad; estaba completamente equivocado...

— ¿que se le puede hacer? ¿Por qué tiene que gustarme alguien como el? —decía a lo bajo mientras guardaba sus manos en los bolsillos.

Había salido de los dormitorios dirigiéndose hacia un lugar tranquilo en el cual no le descubrieran pero, al parecer no se había escondido muy bien ya que, de la oscuridad, aparece aquel pecoso con un rostro preocupado y triste.

— ¿Todoroki kun?

— Midoriya, realmente quiero estar solo.

— lo sé pero, por favor solo, no me mires, escucha. Puede que Kacchan haya aprovechado la situación para molestarme pero, solo fue eso, aprovechó nada más. Se notaba que realmente estaba celoso y que quería dejar claro que...bueno ¿cómo decirlo? Él te diría que estaba "marcando territorio".

— ¿cómo estás tan seguro? Deja ya de defenderlo! Solo me quería utilizar para molestarte. Por suerte —suspira aún molesto— me di cuenta antes de que siquiera pasara "algo".

— ¡no lo estoy defendiendo! Lo conozco de pequeño y sé cómo son sus mañas. Además, cuando iba de regreso a mi habitación, me lo topé saliendo de la tuya con los ojos brillantes y el rostro gacho. Lo único que me dijo cuando iba pasando junto a él, fue "¿que mierda miras? ¡Deja de mirarme, infeliz!" —trata de imitar el tono de  su compañero al decir aquellas palabras— estaba molesto, pero con el mismo, también, le tiritaban los labios cada que trataba de colocar una expresión molesta. —baja la mirada hacia sus pies mientras golpeaba contra el suelo la punta de su zapato— Fue bastante raro verlo así.

— no me interesa. No volveré a bajar la guardia. No pienso caer en sus estúpidas manipulaciones.

Se levanta bruscamente de su asiento y comienza a caminar pero sin antes despedirse de su amigo. Ahora que sabía que Bakugou no seguía en su habitación, este podría regresar e intentar dormir aunque, después del extraño suceso que acaba de ocurrir, dudaba mucho siquiera poder cerrar un ojo.

— odio cuando Bakugou se coloca manipulador y todo un infeliz pero...también adoro esa actitud de el. —susurraba para si mientras se dejaba caer sobre su cama.

Ya recostado, comienza a mirar el techo; casi diez minutos mirándolo sin saber qué hacer ahora. Ya sin ideas, decide colocarse una almohada en la cara así, tal vez, moría asfixiado ¿no? Así acababa con aquellos molestos sentimientos y pensamientos que lo estaban volviendo cada vez más loco.

Tortuoso AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora