30 días OsoKara

3. Celos|Pilotos

Dio pequeños brincos por el pasillo de descenso admirando sin ninguna vergüenza los traseros de las azafatas, calificando estos con un diez, que dicha tenían los pasajeros al poder verlas pasar contoneando las caderas, esa semaba tuvo vuelos muy complicados y lejanos, hizo un puchero mirando su mano derecha una sortija dorada sin ningún extraño grabado a pesar de que su esposo insistiera dos años atrás en ponerles algo cool, pensar en su amado copiloto y esposo lo hacían sentirse mal por desear a otras personas que no fuesen el, ¡pero el era hombre!

El también idiota.

Le recordó aquella molesta vocecilla en su cabeza lo cual le hizo chasquear la lengua con fastidio, siguió caminando y al llegar a la cafetería del aeropuerto observo una dolorosa escena, la mano de su amado esposo era sostenida por el mecánico amante de las tazas con patitas de gatos estampadas a su alrededor, sostenía la mano donde la sortija brillaba con fuerza mientras delicadamente la removía de su lugar besando el dedo anular del sonrojado ojiazul, sus labios se movieron en complicadas palabras dirigidas al copiloto pero el final de estas lo habían dejado congelado en su lugar.

Te amo.

Pudo sentir la ira creciendo en su interior, rabia y lágrimas naciendo de sus orbes carmesí, sin darse cuenta ya estaba caminando hacia el par tomando con firmeza la muñeca de su esposo junto a la sortija de la mesa.

-¡Es mío Ichimatsu! ¡Llegaste dos años tarde!

El de ojos amatistas no dudo en levantarse apoyando ambas manos en la mesa de la cafetería.

-En dos años el amor se puede apagar, Bakamatsu, pronto tu esposo pasara a ser el mío, sigue como vas y no tardaremos demasiado.

Miro al copiloto de ojos azules que se había mantenido callado hasta el momento y se alejó del matrimonio.

-Ichimatsu es un verdadero idiota, ¿verdad Karamachu?

-Ichimatsu me gusta, Ichimatsu me escucha, me aconseja y almuerza conmigo... tú, tú dejaste de hacerlo en cuanto nos casamos.

Se soltó de su agarre.

-Lo siento Osomatsu.

Se dio la vuelta dispuesto a dejar al piloto en la cafetería más no contaba con que este fuese hasta el tomándolo por la cintura arrastrándolo hasta el auto que ambos habían comprado, lo lanzo dentro de este y aprovechando lo aturdido de su esposo rápidamente puso en marcha el vehículo hasta llegar al departamento que ambos habitaban.

-Dices que ya no paso tiempo contigo, eso quiere decir que te he descuidado, ¿verdad?

Aflojo el nudo de su corbata y se acercó al rostro del ojiazul.

-Recuperemos parte del tiempo perdido Karamachu~.

Al ver aquella amplia sonrisa sus mejillas se encendieron al igual que su líbido, era aquella sonrisa que después de ser dada lo dejaba sin las fuerzas suficientes para caminar, nuevamente su muñeca fue apresada, besos húmedos, tirones de ropa hasta su departamento y habitación.

-Ichimatsu jamás va a poder brindarte el placer que yo te doy Karamatsu, entiende eso y claro, primero lo mato antes de que siquiera pueda hacerte suyo.

-Osomatsu espera por favor...

Aquella voz temblorosa solo hizo al piloto sonreír de forma más amplia, solo el podía ver de esa forma al ojiazul, no iba a permitir que nadie más pudiese tener en su mente aquella imagen del copiloto rogando por más golpes en su próstata, sin cuidado alguno le dio la vuelta para dejarlo boca abajo usando su corbata como amarre para las manos de su amante para poder inmovilizarlo.

-¡Osomatsu! ¡Sabes que esta clase de cosas no me gustan!

-¿E Ichimatsu si te gusta?

Estaba claramente cegado por los celos, sintió como el frío lubricante se abría paso entre sus nalgas mientras sus caderas eran alzadas dejándolo en una posición tan expuesta que sus mejillas estaban tan rojas como las pupilas de su esposo, los dedos del mayor comenzaron a hacer el trabajo de dilatarlo, por más que quisiera negarlo con su mente estaba feliz de que el ojicarmesí se pusiera celoso del mecánico, Osomatsu aún lo amaba.

-¡Ahhhh!

El grito que salió de su garganta fue alto y fuerte, el miembro del mayor se abrió paso en su interior sin previo aviso, arremetiendo con fuerza en contra de sus caderas, posicionando su mano sobre la cabeza del ojiazul para tener completamente sumiso a su esposo.

-Mmm, joder que apretado estás Karamatsu, ahhh, en verdad me eres fiel.

Una sonrisa socarrona se formó en sus labios mientras mordía su hombro con fuerza dejando sus dientes marcados en la piel del ojiazul arrancando gemidos de dolor y placer en su amante.

-¡Más! ¡Oso por favor!

De sus orbes azules resbalaban lágrimas de placer y ultrajaba las sabanas con sus dedos pidiendo que volviese a dar en aquel punto dentro de su ser que lo hacía olvidar incluso su nombre.

-Pídemelo bien Karamachu~.

Se sentía poderoso e invencible, era suyo, su esposo, su Karamatsu, lo habia monopolizado por completo.

-Fo-Follame más duro Osomatsu...

Lo miro sobre su hombro de forma suplicante moviendo las caderas para obtener más placer.

-Ahh, que se le va a hacer.

Volvió a girarlo sin salir del menor dejando la pierna del copiloto sobre su hombro derecho para moverse con rapidez gruñendo de placer.

-Vamos Karamatsu, masturbate para mi.

Se inclino haciendo mucho más profunda la penetración.

-¡S-si!

Con su mano derecha sostuvo su miembro para empezar a moverla alrededor de este, arriba y abajo, dando tirones cuando su esposo golpeaba nuevamente aquel dulce punto, la sonrisa en el rostro sonrojado y sudoroso del ojicarmesí provocó fuertes corrientes eléctricas en su vientre indicando su final.

-Osomatsu m-me voy a...

-Tienes mi permiso Karamachu nngh.

Con unas últimas embestidas el menor soltó su semilla manchando su propio estómago mientras que el ojicarmesí no aguanto seguir moviéndose en el interior contraído de su pareja soltando una abundante cantidad de semen en su interior gimiendo bajo mientras observaba el rostro del ojiazul relajado por la reciente actividad sexual.

-¿Te sigue gustando Ichimatsu?

Una pequeña risa fue seguida de aquella pregunta.

-N-no.

Salió de su interior y lo rodeó con sus brazos para pegarlo a su cuerpo.

-Yo también te amo Karamatsu.

Con aquellas palabras ambos fueron a dormir.