11. Un juego divertido

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Al principio quería tener fe y confianza. Creí que siendo positiva las cosas saldrían bien. Me equivoque.
Los primeros días de clases todo fue normal. No hablaba con casi nadie y así no me metía en problemas. Hasta que Rafael quiso ser mi amigo.
Era un chico amable y gracioso, para ser honesta era muy apuesto pero no de mi tipo. Tenia a medio salón detrás de él y quizá fue por esa razón que no fue buena idea que él y yo pasáramos todo él día juntos.
Los rumores pronto estaban por todo él colegio. Rumores que nunca quise saber quien originaba. Pronto Rafael decidió alejarse de mi, no quería que lo vieran de esa manera. Toda su vida regreso a la normalidad, la mía no.
Me acostumbre a sonreír sin motivo y a sentirme bien con mi soledad.
¡A quien engaño! No podía sentirme bien pero lo demostraba.
Mamá y papá ya no estaban en casa, Antonio era otro, Itzel vivía en su propio mundo, nada en mi vida volvía brillar. Nada. Yo era quien debía brillar para los demás sin importar lo que sufría en él interior. Después de todo, a quien le importaba.

Los insultos en él colegio eran cada vez mas frecuentes. Y cada día me sentía mas sola. La luz se iba apagando y nadie lo notaba.
N.

DelusionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora