2. dulce y amargo.

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Corría escaleras abajo pues sentía que si lo tomaba todo con calma se arrepentiría.

– ¡si bajaste! – le dijo la pelirroja en son de burla al verlo corriendo con la respiración ahitada.

– callate y vámonos antes de que me arrepienta – la fulminó con la mirada.

La joven le palmeo el hombro suavemente e ignorando el comentario anterior comenzó a caminar tranquilamente rumbo a su auto.

– ¿a donde iremos? – pregunto el de ojos esmeralda entrando con ella.

– al centro comercial – le sonrió encendiendo el auto.

– ¿hablas en serio? – pregunto molesto.

– claro, te comprare ropa nueva y te arreglare el cabello, de otro modo ni de chiste te dejaran entrar al lugar que realmente iremos.

– ¿debo recordarte que te dije que solo saldría una hora?

La pelirroja encendió la radio e ignoro al rubio molesto que a cada diez minutos le recordaba que solo había accedido a aquella salida si el tiempo que pasaría fuera era de únicamente una hora.

Al llegar al centro comercial la chica salio del auto y comenzó a caminar sin esperarlo, pasaron por muchas tiendas sin encontrar algo que fuera del agrado de ambos pues tenían gustos totalmente diferentes.

– sabes se si quieres llegar mas rápido a casa te sugiero que elijas algo rápido – la joven le paso una camisa negra rasgada por la espalda.

– sabes que... estoy harto – le arrebato la camisa de las manos.

Camino a paso veloz por la tienda en la que se encontraban y tomo cualquier cosa que le llamara la atención. Entro al vestidor sin estar muy seguro de que es lo que había llevado con el, al salir del vestidor visualizó a Mila probándose unos lentes de sol en la entrada de la tienda, la joven de ojos azules lo observó de arriba hacia bajo y sonrió al ver a su amigo vestido adecuadamente para la ocasión.

– espera un segundo – pidió un par de accesorios del mostrador y tomo unos cuantos lentes en su mano – no... No, no – descartaba cada una de las cosas que le ponía encima de inmediato – ¡Listo! – lo voltio para que se fijara en el espejo.

– ¡No, no, no, no espera! – tomo al rubio por los hombros antes de que volteara, saco de la bolsa que llevaba con ella una liga para el pelo y un peine, recogió el cabello dorado por la mitad y lo amarro con la liga para después colocarle los lentes de sol nuevamente – listo ahora si, voltea.

El rubio sonrió complacido, se veía espectacular y ese estilo le quedaba de maravilla, las marcas y moretones en su brazos casi no se veían ya que no se había encontrado con Sergui en toda la semana, cosa que le pareció extraña pero lo dejo pasar ...

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El rubio sonrió complacido, se veía espectacular y ese estilo le quedaba de maravilla, las marcas y moretones en su brazos casi no se veían ya que no se había encontrado con Sergui en toda la semana, cosa que le pareció extraña pero lo dejo pasar después de todo para el era mejor si su padre lo ignoraba.

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