3. encuentros.

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Aunque el juego de sostenerle la mirada al DJ le era divertido tenia que buscar a Mila pues no podía irse sin ella.

Bajo en uno de los elevadores, hasta ese momento se percato que había más de uno.

- ¡Mila! - Comenzó a gritar cuando ya estuvo abajo.

Sus gritos, por muy fuertes que fuesen, eran inaudibles debido a la musica que en aquel nivel se oía con más fuerza.

"¿Donde diablos se abra metido esa bruja?". Estaba comenzando a desesperarse.

Continuo buscando a la pelirroja entre el mar de gente jurándose a si mismo ahorcarla cuando la encontrara. Luego veinte minutos le dio fin a su búsqueda, sin tener éxito en ella, se volvió hacia los ascensores donde antes de siquiera darse cuenta que no podía subir, fue empujado de una manera tan brusca que logro hacerlo caer.

- ¡mis mas sinceras disculpas! - hablo el extraño causante de aquel accidente extendiéndole una mano para ayudarlo - ¿que clase de caballero empuja así a una dama?

- ¿¡Ah!? - ya cuando estuvo de pie se percato de que aquel idiota lo estaba confundiendo con una mujer.

- por favor disculpe lo - una joven de cabello negro y ojos azules se interpuso entre ellos al ver que el rubio se posicionaba en modo de ataque - JJ puede ser muy tonto y distraído, nosotros ya nos vamos - dicho esto la joven tomo al mencionado de la mano y a rastras lo llevo con ella.

Aun molesto, se sacudió la ropa y retomo el paso hacia el elevador el cual estaba siendo abordado por dos jóvenes, los vio guardando la tarjeta de acceso, que el no tenia, por lo que rápidamente aprovechó a poner una mano entre las puertas antes de que estas se cerraran, entro rápidamente e ignoro a el par de chicos que lo veían con curiosidad.

- ¿vas al segundo piso? - pregunto el moreno atrás de el.

"¿que acaso hay otro piso?". se fijo en los botones del ascensor, hasta ahora se daba cuenta que habían cinco niveles en aquel edificio. El rubio lo miro de reojo y asintió.

Las puertas se abrieron, aquel era el cuarto nivel y lo único que dejaba verse frente a la puerta era una pared. El moreno palmeo con fuerza la espalda del joven de anteojos a su lado.

- nos vemos mañana yuuri - se despidió sonriente, antes de bajar oprimió un botón en el ascensor que remarcaba el numero dos y antes de que las puertas se cerraran le guiño un ojo al rubio que hizo una mueca ante ello.

- ¿no eres mayor de edad cierto? - hablo el joven de anteojos.

El ruso permaneció en silencio.

- tampoco tienes un pase - aseguro el extraño.

- ¿que te hace pensar eso? - hablo molesto.

Las puertas al quinto piso se abrieron y el extraño salio rápidamente.

- de haber tenido una tarjeta te hubieras subido a otro ascensor - se volteo a verlo - y sabrías que este es solo para personas aun mas distintivas - el azabache saco una tarjeta de su bolsillo derecho que a diferencia de la de Mila, esta era dorada.

Las puertas se cerraron y llevaron al rubio hasta el segundo piso. Yuri se acerco nuevamente a la baranda recargando su peso en ella, observó a la gente en el primer piso con la esperanza de ver a Mila.

- tranquilo, no tardara en subir - hablo una voz femenina tras de el - tu vienes con Mila ¿cierto? - le preguntó cuando el ruso volteo.

La joven morena y de cabello negro largo y ojos particularmente morados llevaba con ella una charola y un uniforme, por lo que supuso era una empleada del lugar.

- siempre baja cuando es el turno de Beka para intentar llamar su atención, pero se rinde luego de un rato - la mirada de la joven paso del rubio al escenario - ¿se te ofrece alguna bebida? - volvió su vista a el sonriendole.

Yuri permaneció callado pues no sabia que pedir, realmente quería otro baso de lo que había tomado anteriormente pero no recordaba el nombre de aquella bebida y no quería parecer un idiota tratando de pedirla.

- Sala, traele un Diesel - apareció Leo tomando por los hombros a la nombrada - parece que le a gustado - y dicho esto ambos se retiraron, no sin que antes lanzarle un guiño al menor que los miro confundido.

Volvió su vista al escenario sin ponerle interés realmente al espectáculo pues comenzó a hacerse un millón de preguntas y la mayoría de ellas estaban relacionadas a su padre.

Un golpe fuerte contra la baranda lo saco del trance en el que se había metido dirigiendo su atención al causante de aquel pequeño susto.

- ¡Hola! Me alegra poder verte de nuevo - era el sujeto que antes lo había empujado - me quede pensando en ti y estoy muy curioso por saber tu nombre - le sonrió acercándose mas a el.

- ¿por que no mejor te quedas con la curiosidad? - se separo de la baranda y decidido a irse a la mesa que antes ocupaba comenzó a caminar.

- ¡espera!

El extraño lo tomo por la muñeca con fuerza, agarre del que no tardo en zafarse con fuerza.

- tu realmente no entiendes cuando alguien te manda a joder a otro lado ¿cierto? - el rubio tenia una sonrisa en su rostro que no era ni de gracia ni de felicidad.

- no soy alguien que se rinda tras el primer intento - volvió a tratar de acercarse a el.

- ¿y que es exactamente lo que intentas? - le cuestiono retrocediendo.

- conseguir tu atención - sonrió cuando vio al rubio chocar levemente con la mesa a la que se dirigía.

"¿Que esta tramando este tipo?".

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