Capítulo 15

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DANIEL

Miré a Ale con una sonrisa pícara y me mordi el labio.

—Quitate la camiseta. —dijo David y me quedé mirándola, impaciente.

—No estoy tan borracha David. —se rió.

—Pues quítate algo. —insistió David riendo y Ale se quitó el reloj que llevaba en la muñeca izquierda.

Jesús la miró y suspiró, como si no hubiera disfrutado viéndola sin camiseta, aunque me hubiera jodido que tantos tíos la vieran de esa manera. De todas formas, tenía que conseguir que se emborrachara para poder liarme con ella, por que estaba claro que no me iba a besar por voluntad propia. Vi que se alejaba hacia la cocina y le seguí, pasé por delante de ella y cogí la botella de vodka, me miró y alzo una ceja. La miré y sonreí, cogí su vaso y lo llené de vodka. Miró su vaso y lo cogió de entre mis manos, miró el interior y se encogió de hombros, le dio un largo trago. Una media sonrisa apareció en mi cara y ella sonrió. Vi a lo lejos a mi hermano apoyado en la pared, mirando su vaso, al lado tenía a una chica rubia hablandole, el respondía sin levantar la mirada del vaso, como sin interés y ella intentaba llamar su atención sacando tetas o pegándose a el, pero Jesús se apartaba levemente. Me reí para mis adentros.

«Este tio esta loco.»

Jesús me miró al instante y sonrió, negó con la cabeza y se encogió de hombros, rodó los ojos y volvió la vista al vaso.

De vez en cuando me gustaba lo de comunicarme con mi hermano sin hablarle.

Ale miró a Jesús y vi un leve ceño fruncido en su cara, volvió la cabeza hacia mi y sonrió.

—Debe ser bonito tener un hermano que te entienda. —comentó y se sentó en la encimera de la cocina.

Yo asenti sonriendo y me acerqué a ella, apoyé una mano en su rodilla.

—De vez en cuándo, pero lo malo es que te conoce demasiado, y eso te puede perjudicar... ¿Tu tienes hermanos? —dije y la miré a los ojos.

—Sí, uno, pero tiene veintiún años y no me entiende. —suspiró y asenti.

Genial, alguien que podría cortarme los huevos si le hacía algo a Ale. Tragué saliva y la miré a los ojos. Vi como le daba un trago a su bebida y miraba a su al rededor, como si estuviera buscando algo o a alguien. Miré detrás de mi y vi a un chico sentado en el sofá con una chica, la misma que habia estado intentando "ligar", o eso parecía, con mi hermano, pero a el no lo veía, parecía que había desaparecido sin dejar rastro. Volví la vista a Ale, que me miraba fijamente, con una mirada que parecía poder ver mi interior. La miré a los ojos, encontrandome con su mirada, ninguno de los dos nos moviamos, como teniendo miedo a perder aquél momento si alguno de los dos se moviera.

Eché una rápida ojeada a su vaso; vacío. Miré unos segundos la botella de vodka y vi que le faltaba como la mitad y no había entrado nadie en la cocina salvo nosotros.

«¿¡Cuándo se ha echado vodka?!»

La miré confuso y ella se rió de una manera algo extraña.

—No me digas que ya estas borracha. —dije alzando una ceja.

—Nah, aún estoy bien de la cabeza. —respondió y sonrió.

Suspire y asenti, me apartó levemente y bajó de la encimera, poniéndose de pie, me dirigió una breve mirada y se dirigió a la cocina. Me quedé mirándola y dejé mi vaso en la encimera, apoyé mi espalda y mis manos detrás de mi y suspire, me puse la mano derecha en el pecho y sentí mi corazón latir un poco más rápido de lo normal. Sacudi la cabeza y volví a suspirar, cogí la botella de vodka y me llené el vaso, lo cogí y le di un trago, miré al techo en busca de inspiración para conseguir que Ale se emborrachara.

—¡Gente! ¿Jugamos al "Yo nunca nunca"? —pregunté entrando al salón y mirando a todo el mundo que había alli.

Algunas personas bailaban con ma música que estaba a todo volumen, otras hablaban entre ellas, otros estaban en esquinas sin hacer nada. Me senté en el sofá con la botella de vodka en la mano y mucha gente se sentó a mi al rededor, esperando que diera comienzo al juego. Sentí una mano en mi hombro, giré la cabeza y vi a Ale, sonriendo.

—Juguemos. —dije y Ale se sentó a mi lado.

—Vale, yo nunca nunca... Me he dado un pico con alguien de mi mismo sexo. —comencé.

Ale me quito la botella de las manos y bebió un trago, seguida de todas las chicas que estaban jugando, dejando claro que ellas si lo habían hecho. Me reí.

—Va, yo nunca nunca me he escapado de casa. —siguió Ale y todos se rieron.

Algún chico bebió bastante y yo cogí la botella, bebí un sorbo pequeño, Alee miró interrogante y yo le reí.

—Me escapé una hora, mi padre disfrutó esa hora y todo. —expliqué y todos se rieron, incluida Ale.

—Pobre mi Dani. —dijo Ale y me dio un beso en la mejilla.

La forma en la que dijo "mi" fue casi un susurro, como si quisiera que solo yo me enterara de lo que había dicho.

Me puse completamente rojo, no sabía que decir o hacer en ese momento y sentí un extraña sensación recorrerme el cuerpo por completo, miré a Ale y sonreimos.

Busque con la mirada a mi hermano, estaba en una esquina, con un grupo de chicos, hablando animadamente, nos miraba a Ale y a mi de reojo y sonreía ampliamente de vez en cuando.

Un buen rato después, entré tragos, botellas, vasos y juegos empecé a sentir como el alcohol hacía efecto en mi cuerpo, miré desde lo lejos a Ale, que estaba borracha, pero mas que yo, estaba bailando con unas chicas y dos chicos, era el momento perfecto para besarla y liarme con ella. Me aparte de las chicas que estaban a mi al rededor como locas y me acerqué a Ale, le puse una mano en la cintura, casi pegandonos por completo y fui acercando mis labios a los suyos, por fin había llegado el momento que tanto había deseado, y ella no se resistía a ello, eso era lo mejor. De repente se apartó y se rió, me puso el dedo índice en los labios y con el dedo de la otra mano me indicó que la siguiera, me encogi de hombros y sonreí.

Dos bestias en casa. [GEMELIERS] #GBA18kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora