How I met Sadako

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Lentamente de la pantalla empieza a brotar agua. La chica salida del pozo ahora se encuentra tocando la pantalla, sus palmas están del otro lado del cristal, pero no por mucho. Como si de una fina tela siendo rasgada se tratara, las manos blancuzcas empiezan a salir del televisor.

Estoy petrificado. No puedo hacer más que retroceder torpemente. No sé con qué, pero he caído al suelo, ahora me encuentro en una posición desfavorable.

Mi miedo no me permite hacer nada, literalmente estoy petrificado frente a la ahora caja inundada que antes era mi televisión. Creo que son lagrimas lo que siento en la mejilla. Que patético, pensar que moriría de una forma tan... tan... irreal, pensar que me iría de este mundo sin dejar huella alguna. Mi muerte será solo un misterio más que con el paso de los años será olvidado. Es tan miserable la existencia. Tan poco tiempo se nos da para vivir, y para mí infortunio, ese tiempo, se acabo de manera prematura.

Me encuentro frente a mi televisión, paralizado por el miedo, observando como de él sale el espíritu del que tantas veces oí y leí.

De una manera bastante escalofriante, ella empieza a sacar la cabeza, y, peor aún, de una forma que a mi parecer es anatómicamente imposible ella logra sacar una de sus piernas.

Jamás imaginé que estaría en esta situación, puesto a que me encuentro rezando por mi vida. Como ya he dicho anteriormente, estoy tumbado en el suelo observando como lentamente se acerca mi verdugo.

Ella ahora intenta sacar la totalidad de su cuerpo, este es el fin.

Casi con la precisión de un neurocirujano ella mueve su cuerpo de tal forma que es capaz de salir de la pantalla... pero, ha pasado algo que me ha dejado boquiabierto (aún más de lo que ya estaba).

Ella da un movimiento en falso, haciendo que se desplome al suelo. Cabe destacar que entre el suelo y mi pantalla hay una altura aproximada de unos 170 centímetros.

Ella cae con fuerza...
...
Ella no se mueve...

No sé qué hacer... estoy atónito, el espíritu que se encargaría de tomar mi vida parece estar (aún que irónico, cierto) muerto. Estoy en shock.

¿Qué se supone que deba hacer?

Pasados un par de segundos (los cuales se sintieron como si fueran semanas enteras) algo cruza mi línea de pensamiento.

—¡La policía! —digo esto mientras trato de encontrar mi celular. Mi mano se topa con algo frío, ese algo es la pantalla de mi teléfono.

Lo tomo con prisa y de inmediato marco el número de emergencia.

—Buenas noches, ¿cuál es su emergencia?

—Acaba de —Oh mierda... nunca pensé en que decir. ¿Qué se supone que diga? ¿Acaba de salir un fantasma de mi televisión?

Inmediatamente cuelgo la llamada, pues sé que no tengo un motivo real para llamar a la policía, y aunque lo tenga, jamás me creerían.

—Okay, okay okay... relájate, toma aire... —ese es mi mediocre intento por lograr tranquilizarme.

Pasados unos minutos, estando yo más «tranquilo», decidido hacer algo que podría ser contraproducente.

El cuerpo de este ser se encuentra de espaldas en el suelo, aún sin conciencia. No me sorprende, considerando que su cabeza fue lo primero que tocó el suelo, me asombra que no haya padecido de una contusión.

Lentamente la tomo de los hombros, con el miedo de que en cualquier momento despierte. Para mí suerte, esto no sucede, he logrado darle la vuelta.

Me he llevado una gran sorpresa.

Al voltearla, su cabellera se ha movido de tal forma que me ha permitido ver su rostro.

Es una chica de no más de quince años, con rasgos asiáticos. Una fina naríz, una boca pequeña... en general, tiene un rostro bastante fino, como si de una muñeca de porcelana se tratara. Sin embargo, tiene heridas y cicatrices bastante notorias; parecen arañazos, y varios lucen recientes, aún se puede ver al rojo vivo sus heridas.

Conmovido por tan «enternecedor» rostro, he decidido moverla, no puedo dejarla ahí. La cargo intentando no despertarla. El hecho de que sea... ¿linda? no quita que haya salido de mi televisor siete días después de haber visualizado el VHC maldito. Aún debo de ser precavido.

Con mucho cuidado la muevo hasta mi cama. Procurando no tocar nada que no deba, la coloco sobre mi ahora desordenado lecho. Ella luce agotada, como si hubiera trabajado durante días enteros sin descanso alguno. Sus labios están resecos y tiene unas ojeras que superan por mucho a las mías, su rostro pálido está mojado, en general, toda ella está mojada, como si de una alberca hubiera salido y apenas se estuviera secando. Para mí mala suerte, de ella emana un extraño hedor, como si de humedad y putrefacción se tratara. Este mismo olor hace que al pasar de un rato empiece a sentirme asqueado y mareado, simplemente es repugnante.

Siento que quiero vomitar, quiero ir al baño pero no puedo dejar sola a este ente en mi cuarto. ⸘Y si despierta‽ La idea de que ella despierte mientras yo esté vomitando en el baño es simplemente inconcebible ⸘Y si me ataca‽ Por ningún motivo debo de dejarla sola, es así de simple.

Bueno, al menos esa era la idea original. El espantoso olor que libera es insoportable, ya no aguanto más. Si
no me muevo llenaré mi cuarto de vómito, una situación que a mi parecer es poco agradable.

Salgo corriendo torpemente al baño, una vez que estoy dentro de él, procedo a sacar todos los males de mi interior.

—Eso es... ay por Hylia —digo esto mientras observo la mancha ocre que yace en el retrete.

Pasados un par de minutos me encuentro mejor. Decido volver a la recámara; tengo que asegurarme de que ella siga en donde la dejé.

Entro a mi habitación, la cual ahora parece que ha quedado impregnada con ese molesto olor. Grande es mi sorpresa al ver que mi verdugo tiene un chichón enorme en la cabeza. La caída tuvo sus consecuencias. La primera, es que al parecer cayó en coma, la segunda es que ahora tiene la marca de un fuerte golpe, y, la última y mejor de todas, ¡sigo vivo!

Me encuentro entre la espada y la pared. Ella es linda y es tan solo una niña; niña la cual salió de mi pantalla con el objetivo de matarme... y aparte huele feo... muy, mu~y feo...

Llamar a la policía no es una opción, tampoco a Ed o Sandy... ¿Qué mierda voy a hacer?

Estoy parado frente al espíritu de la cinta maldita, la cual mata al espectador una semana después de haberla visto. Cosa que no ha sucedido. Son las 02:34 AM y sigo aquí, hace casi tres horas que debería estar muerto, y sin embargo sigo vivo, planteándome qué hacer con esta chica.

Después de todo, ella es un espíritu, cualquier intento por asesinarla sería en vano, así que no es una opción viable el tan siquiera intentarlo. Aparte, ⸘como por qué asesinaría a esta niña‽, sé de lleno que ni siquiera está viva y que su único propósito es matarme, pero, ¿enserio es eso merecedor de pena de muerte? Bueno, aunque la respuesta pueda parecer obvia… como ya he dicho, no hay nada que hacer, cosa que sinceramente me preocupa un poco.

Mientras más pasa el tiempo, más me pesan los ojos, mis pensamientos son cada vez más erráticos y caóticos al igual que los eventos de esta noche. Es así, como sin darme cuenta, caigo dormido sobre mi escritorio, en el cual me encontraba pensando qué hacer con esta chica.

FIN DEL 4to CAPÍTULO

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⏰ Última actualización: May 09, 2018 ⏰

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