Owen.
Sentí el roce de sus dedos, y segundos después la vi marcharse sin decirme ninguna palabra más. Sonreí inconscientemente al verla marcharse con su rostro totalmente rojo, siempre que la había visto de lejos me había dicho a mí mismo que era una persona más extrovertida, y si lo era, pero también sabía que se había puesto nerviosa al ver que el profesor me había escogido a mí para ayudarle en matemáticas; porque eso de escuchar atrás tuyo a la chica que te gusta decir "Como mierda se hace esto" no es divertido, suerte que le dije al profesor que me dejase ayudarle, porque probablemente estaría de un humor de perros.
Emma Collins era todo un enigma para mí, pero desde que la había visto me había quedado impregnado de ella, desde que la había visto pasar enfrente del lugar donde trabajaba no había podido parar de mirarla, y cuando la vi en la escuela juro que casi me muero de la felicidad.
Aunque ella era mucho más, se merecía a un hombre que la quisiese como se merecía, y no puedo decir que soy yo, por que la respuesta siempre será que entre ella y yo jamás podría pasar algo. Me gustaba si, durante un puto año, pero que ella me gustase no evitaba que yo dejara de ser un gilipollas con todo el mundo. Y sabía que si me acercaba mucho a ella terminaría lastimándola, y no me importaría en absoluto, pero de una u otra forma la quería cerca, así no fuera de la manera en la que yo quería.
— ¡Tengo un puto hambre, y tu estas aquí tomando horas extras de matemáticas!— William abrió la puerta del salón de clases de golpe.
Lo miré por unos segundos y luego me aproximé hasta la puerta, salimos al pasillo.
—He tenido que atender asuntos importantes. — Dije mientras abría la puerta de la cafetería, todos los presentes nos observaron ya que éramos los últimos en llegar, muy rara vez las personas populares llegaban tarde a la hora del almuerzo. Miré con disimulo la mesa donde siempre se hacia ella, sin embargo me arrepentí al instante cuando observé como miraba a otro lado, el cual no era mi dirección; seguí su mirada por curiosidad, y me di cuenta a quien estaba observando.
Ethan Bleasly , por lo que había escuchado tenía entendido que ya habían terminado, hace un tiempo, y la noticia no me ponía de buenas pulgas, ya que fuera que estuviese con él o no, ella siempre mirara a cualquier otra persona la cual nunca seré yo.
La ignoré y me dirigí hasta mi mesa, donde se encontraban los chicos del equipo, le había pedido a Emma que viniera a mi casa por el simple hecho de que hoy no tenía practica de Fútbol, el entrenador había tenido una fuerte gripe que lo hizo quedarse en cama por el resto del día, era el primer entrenamiento y el coach prefirió quedarse en casa durmiendo que venir a nuestro primer entrenamiento, no lo culpaba, las gripes son horribles.
— ¿A qué horas llegaras hoy?—Preguntó William después de que todos se quedaran callados al ver que nos habíamos sentando, todos me miraron expectantes por mi respuesta.
—No iré hoy, Daniel tú me remplazaras.
—¿Por qué no vendrás?- Esta vez hablo Taylor, la persona con la que había perdido mi virginidad hace exactamente dos años y medio, y que desde ahí no pude parar, solo que después de ella decidí probar cuerpos diferentes, creo que no le gustó , ahí se basa el por qué es tan fría al hablarme.— ¿Y por qué no tomaste la clase de matemáticas con el maestro Gordon, y con nosotros.?
Me removí incomodo ante todas las miradas que estaban esperando por mi respuesta, pero aun así les conteste.
—Le ayudare en Matemáticas a Emma Collins ¿Vale?— Dije ya cabreado de tantas preguntas—Esa es la razón por la cual no iré a trabajar y por la que decidí tomar un clase diferente.
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Mundos Opuestos ©
Teen FictionEmma Collins tiene 17 años y está en su último año de instituto. Es una persona muy inteligente,le encanta la literatura, y no suele tener problemas con nadie. Es extrovertida pero no demasiado, no es invisible pero tampoco es popular. Y Owen Hende...