La vida era muy monótona en mi pueblo natal. Los días eran calurosos y las noches repletas de mosquitos. No había muchas opciones para distraerse; la gran mayoría de la población prefería ver la televisión en sus casas mientras que los más jóvenes optaban por reunirse en casa de algún amigo, o en su defecto, en la vieja heladería del pueblo, la cual vendía los mismos tres sabores de paletas heladas desde hacía más de treinta años.
Nada cambiaba por aquí. Algunas obras públicas cambiaban el paisaje de las calles pero el modo de vida seguía siendo el mismo.
Yo vivía con mis padres en una pequeña casa a las afueras de la población, me ganaba la vida trabajando en una pequeña tienda local, aunque es muy amable decir que gracias a ese empleo me ganaba la vida ya que solo me alcanzaba para financiarme mis artículos de aseo personal y la conexión a Internet que tenía en casa.
Pero aunque ganara mi propio dinero con mi trabajo eso no me convertía en el soltero más codiciado, no, yo era lo que la sociedad etiqueta como un fracasado ¿Por qué? Simple, yo era un adulto soltero; ocasionalmente desempleado; de veinticinco años de edad; con un salario por debajo del mínimo; que aún vivía con sus padres. No tenía amigos, no tenía una carrera universitaria terminada y a nadie le interesaba conocerme.
No voy a mentir, a veces me levantaba odiando mi vida pero no sabía qué hacer para cambiarla.
Por las mañanas desayunaba, después me iba al trabajo, regresaba a casa, comía con mis padres y por la noche navegaba en internet con mi vieja computadora hasta que el sueño me vencía.
Parecía estar condenado a morir viejo y solo, hasta que el destino me hizo encontrar un artículo en una página de Internet.

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LOKNER - La sombra del poder.
Fiction générale"Es más fácil engañar a la gente, que convencerlos de que han sido engañados" Mark Twain. - ¿Usted cree en la democracia?- me cuestiono entrelazando los dedos de sus manos en su regazo. ...