repeat | kookv [RESUBIENDO]

『06』

El reloj de la habitación marcaba las cuatro de la madrugada cuando, rompiendo el tranquilo silencio de la noche, un celular comenzó a sonar. Los dos chicos que se encontraban durmiendo en la cama se despertaron, pero mientras que uno siguió con los ojos cerrados fingiendo estar dormido, el otro se removió en la cama.

No pasó más de medio segundo antes de que Jimin, que se suponía estaba durmiendo al lado del azabache luego de lo que habían hecho hace unas horas, se levante y pare el molesto sonido. Pero Jungkook se sorprendió cuando, todavía fingiendo estar dormido, escuchó su voz.

—¿Qué mierda quieres? ¿Acaso no te das cuenta de la hora que es? —Jimin dijo en voz baja, susurrando, y escuchándose ligeramente molesto— Te dije que dejaras de llamarme... — silencio—, estoy con Jungkook ahora mismo, no puedo ir... —murmuró, y si no fuese porque a esa hora el departamento y todo el edificio entero se encontraba en silencio, Jungkook no habría podido escucharlo—, ugh, no... ¡Te dije que dejaras eso!... Está bien, iré mañana, no te preocupes —luego de eso Jimin suspiró con cansancio y, cuando no volvió a decir nada más, el pelinegro dedujo que terminó la llamada.

Jimin volvió a acostarse al lado de su novio y, luego de unos minutos, se durmió. Pero Jungkook no podía dejar de hacer preguntas en su cabeza.

¿Con quién estaba hablando? ¿Por qué alguien llamaría a su novio a esas horas? ¿A dónde iría Jimin mañana? ¿Debería preguntarle sobre eso?

No fue hasta que el reloj colgado en la pared marcó las cinco de la mañana que, prometiéndose a sí mismo que mañana hablaría con Jimin, pudo volver a dormir.

—¡Taehyung! —el grito del rubio platinado desde la planta alta, hizo que el castaño casi tirara el plato de tortitas al suelo del susto.

Taehyung dejó el plato en la mesa para comenzar a caminar hacia las escaleras. Era muy temprano, por lo que le pareció extraño que Yoongi ya estuviese despierto. Él había planeado llevarle el desayuno a la cama y despertarlo con muchos besitos, como acostumbraba hacer los fines de semana.

Al llegar a la habitación, el castaño se deleitó con la hermosa vista de su novio, con su usual cara adormilada y su cabello rubio despeinado. Sonrió, sintiendo la usual sensación cálida que lo acompañaba cada vez que veía a su novio.