repeat | kookv [RESUBIENDO]

『07』

—Hum, ¿Yoongi...? —musitó Taehyung, sintiéndose extraño y no sabiendo cómo reaccionar.

—ChimChim vino a ayudarme con una canción, te había dicho que compuse una en la que se necesita un vocal —comentó Yoongi, algo confundido ante la expresión del castaño. Éste, por su parte, solo pudo parpadear contrariado, sin saber muy bien qué decir.

—Eh... Sí, hola —el murmullo del castaño fue suficientemente fuerte como para que los presentes lo escucharan.

Jungkook, quien no podía dejar de mirar a Taehyung, trataba de controlar los fuertes golpeteos de su corazón. Comenzaba a sentirse frustrado al no poder controlar ese tipo de reacciones.

—Ella es Hye, nuestra sobrina —presentó el más pálido a la niña. La pareja, que todavía se encontraba de pie, sonrió al ver a la tierna pequeña—. Él es Jimin y él es Jungkook —dijo ahora hacia Hye.

—Hola linda, es un gusto —habló Jimin, acercándose a la niña con una sonrisa que achicaba sus ojos.

Hye se volvió tímida por la atención que recibía, más aún cuando el azabache también se acercó a ella.

—Bueno, ChimChim, tenemos que comenzar. Jeon, si quieres puedes quedarte aquí con Hye y Taehyung —dijo Yoongi, lanzándole una discreta mirada de advertencia al pelinegro al decir esto último.

Jungkook, algo cohibido por la obvia desconfianza del rubio, se limitó a observar a ambos chicos de baja estatura caminando hacia las escaleras, a los pocos segundos desapareciendo de su vista.

Taehyung y Jungkook se miraron, ambos sintiendo la intensidad de la mirada del otro. El castaño, sintiéndose ahogado de repente, apartó la mirada y tomó de la mano a su pequeña sobrina.

—Iremos a la cocina a lavar los platos —murmuró Tae mientras caminaba con la niña hacia el lugar anunciado.

El pelinegro los siguió con la mirada, sin poder evitar repasar el cuerpo del castaño con su mirada. Mordió su labio y se dispuso a caminar detrás de ellos.

—Tío, ¿podemos ir al parque? —preguntó la niña cuando el castaño terminó con su labor.

Taehyung estaba algo tenso por la presencia de cierto azabache, más aún por el hecho de que Jungkook no despegaba sus ojos de su cuerpo. Diablos, ¿por qué tenía que mirarlo de esa forma?

Respiró profundamente, tratando de relajarse antes de contestar.

—Claro pequeña —sonrió y luego miró a Jungkook, evitando sostener su mirada por demasiado tiempo—, tú... ¿nos quieres acompañar? —pero sus ojos se encontraron otra vez, inevitablemente, y Taehyung no pudo evitar sonrojarse, perdiéndose en la intensa mirada del pelinegro que provocaba extrañas corrientes eléctricas en su cuerpo que no sabía cómo interpretar.

—Mhm, claro —sonrió de lado y las rodillas del mayor temblaron levemente. Comenzaba a odiar este tipo de reacciones.

—Está bien, ¿puedes ir a avisarle al tío Yoongi que nos vamos? Dile que regresaremos en un rato —Hye asintió y sin perder tiempo salió corriendo de la cocina.