Capítulo 3

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Un cuerpo cálido y fuerte sobre el suyo, unas manos grandes que la mantenían prisionera, un aliento embriagador que la hipnotizaba, y una niebla espesa que no le permitía ver quién le proporcionaba aquellos placeres.

Hinata despertó empapada de sudor y muy agitada; Llevaba una semana teniendo el mismo sueño extraño. Era tan real e intenso que terminaba siempre mojando sus bragas y esa noche no era la excepción.

Hinata salió de la cama muy molesta, ella no era de las mujeres que solían tener esa clase de sueños, se metió al baño y después de una buena ducha y vestirse, abrió la ventana y saltó a la rama del árbol frente a su habitación, como toda una experta llego sana y salva hasta el suelo, burló a los guardias y salió justo a la calle detrás de la mansión.

Saco su celular y marco un número sin identificar al segundo timbre respondieron.

— Te quiero en cinco minutos donde siempre - Colgó.

Exactamente, cinco minutos después de que un BMW negro se aparcó frente a ella, el chofer bajo y amablemente abrió la puerta para que ella subiese.

— ¿hacia dónde nos dirigimos mi señorita? -

— llévame a la Sangre -

El conductor acató la orden. Hinata contemplaba el paisaje nocturno hasta que el auto se detuvo frente a un edificio modesto con un letrero brillante de neón con la palabra Blood.

— Ven a recogerme a las 3 -

El conductor se acercó y se marchó, Hinata caminó hasta la puerta y saludó al gran hombre que custodiaba la puerta y este amablemente la dejó entrar.

No le importaba las miradas de los clientes del lugar, se acercó a la barra y ahí encontró a una rubia de cabellera larga, ojos azules y un buen cuerpo.

— ¿A qué debe el honor de que un cazador esté en mi establecimiento? - se acercó a Hinata y le sonrió.

— pues mi querida Ino estoy aquí porque necesito algo de aire fresco, así que podrías servirme algo de alcohol-

La rubia excitante y económica con la cabeza.

—Buen intento pequeño, pero no funcionará, aunque seas la dueña del bar aún eres menor de edad -

— Eres una vampiresa cruel Ino – comenzó a reír Hinata.

— ¿tu padre volvió a molestarte?, siempre vienés cuando él hace algo-

— No exactamente, últimamente mi padre es lo de menos, él sigue creyendo que no se nada al respecto de los cazadores. —

— No quiero imaginarme cuando descubrí que su hija es dueña de un bar repleto de criaturas sobrenaturales— Ino sintió un escalofrío.

— No te preocupes si lo tengo todo arreglado. — Sonrisamente para Ino y así tranquilizarla.

— Hinata aún no entiendo por qué nos ayudas, se supone que los cazadores destruyen a los de nuestra clase, que no somos capaces de proporcionar un contrato de cero agresiones con tu clan-

Hinata mira el dolor en la mirada de su amiga.

— Te lo dije el día que te encontré a ti ya Sakura. Yo no soy como los demás -

Ino la miró y recordó el día en que Dios se apiadó de ella y le regalo a ella ya su amiga otra oportunidad.

La lluvia era torrencial, ella y su amiga Sakura estaban tratando de descansar en uno de los callejones detrás de un restaurante, llevaban mucho tiempo en las calles y sin un techo y comida, tratando de escapar del clan de cazadores.

Blood / (Naruhina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora