Capitulo uno.

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Capitulo uno:


Hacía más de una hora que miraba el techo de mi habitación, estaba a punto de ponerme a llorar, cuando mi hermano entró en mi habitación, lo mire extrañada mientras me sentaba y el me miró asustado, entro completamente al pequeño cuarto y me sonrió, le sonreí de vuelta, aunque mi sonrisa estaba rota y él lo noto inmediatamente.


—Estoy bien Erick, en serio. — Dije antes de que comenzara a preguntar, porque lo conocía y sabía que no tardaría en querer hablar conmigo.


—No lo estás, pero sé que no estás lista para hablar de eso conmigo. — Se recostó en mi cama y me miró, con una pequeña sonrisa —Venía a pedirte dinero. — Dijo y revolee los ojos, me estiré a mi mesa de noche y tome mi bolso, saque unos cuantos billetes y monedas y se los tendí, me sonrió ampliamente y se levantó, me besó la mejilla y salió de mi habitación.


Volví a acostarme decidida a dormir, sin lágrimas. Agradecí que Erick dejara en paz el tema de mis ojos llorosos y mi sonrisa patética. Cerré mis ojos tratando de ahuyentar las lágrimas y después de unos escasos minutos me levante, sabía que ya no podría dormir y si seguía acostada terminaría deprimiéndome y hundiéndome en miseria.
Hacía una semana que Abel me había recogido en la calle, ebria, habíamos tenido sexo después de eso en su casa, y aunque sabía que después de ese día volvería a desaparecer, me sentía dolida, usada, era inevitable para mi sentirme así ya que yo lo amaba, yo seguía amándolo cada vez más, incluso después de que me usará cada que se le antojara, e incluso aunque conocía su lado malo, vil, no podía parar de amarlo. Y él me había amado, solo que ya tenía que aceptar que no lo hacía más, la única razón por la que seguía buscándome era porque me deseaba y porque no quería que yo estuviera con nadie más. Solo por eso volvía, por eso me tomaba en cuerpo y alma, para recordarme que yo era suya, de su propiedad, y nada de lo que yo hiciera podía cambiar eso.


Comencé a recordar y enumerar todas las mentiras que me dijo esa noche y mi corazón se contrajo con dolor. 'Te amo', 'Te extraño', 'Pienso en ti todo el tiempo', 'No sabes la falta que me haces', 'Eres la única que me hace sentir tan bien' y aunque yo sabía que era mentira, aunque sabía que cada palabra que salía de su boca era falsa, no pude evitar sentir tanto amor hacia él y tampoco me reprimí de entregarme completamente, de darle hasta mi último suspiro y entregarle mi vida, dejarme a su merced, para que hiciera conmigo lo que quisiera.


———


Cepillaba mis dientes lentamente, mirando mis ojeras en el espejo, cuando termine de cepillarme practique miles de sonrisas, hasta que estuve completamente segura de que nadie notaría mi estado de ánimo y me convencí de que no necesitaba para nada a Abel, aunque fuese como una droga para mí.
Me vestí y maquille, cubriendo ojeras y chupetes, y salí de mi habitación, mi papá no estaba, seguro ya estaba en el trabajo al igual que Patrick, Erick había salido y estaba prácticamente sola. Tomé mi celular, algo de dinero y salí de mi casa.
Llegue a una pequeña tienda que estaba cerca de casa y compre una caja de cigarrillos, una sopa instantánea y una soda, pague rápidamente y me dispuse a regresar a mi casa.


Era viernes y necesitaba buscar un plan para no quedarme en casa deprimida, así que mire mi celular, buscando entre mis contactos algún candidato que me pagara los tequilas. La verdad era que no tenía amigos, ni nadie con quien salir, solo Abel, y eso solo logró fastidiarme más la existencia. Así que termine por llamar a mi primo Ezra, para convencerlo de salir a algún bar.

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⏰ Última actualización: Sep 04, 2018 ⏰

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