Humor | KatsuDeku |

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En una oscura habitación se encontraba nuestro pequeño protagonista durmiendo cómodamente, que para su mala suerte se desveló para terminar su anime y recién unos minutos cerró los ojos, sería una lastima que su alarma suene en veinte minutos.

Su dormir era profundo y tranquilo, su expresión de placer continuó hasta que la estruendosa alarma sonó en toda la habitación, uno de sus openings favoritos pero jura que algún día lo terminará odiando por ser su despertador.

-Isse no se de fumikomu go rain- Cantó en voz baja la melodía mientras buscaba su celular por toda la cama para apagar la canción.

Cuando lo encontró revisó algunas cosas nada importantes y abrió los miseros tres en su bandeja.

Kacchancito 💕

-DQ
-Espero ya estés levantado
-No llegues tarde el primer día, como siempre o te daré un golpe

Oye tranquilo viejo :v-
L

legaré más rápido que el rayo mcQueen, vas a ver-

-Eso espero o uno de tus preciado posters
De oru maito terminarán en la basura

¿Eres tú satanás? :(-

-Tch
-

Adiós, me voy a matar bacterias

K?-
√√

Después de su extraña plática con el rubio se metió al baño a velocidad turbo, solo tenía miseros veinte minutos para llegar a la escuela y el camino desde su hogar hasta ella era de al menos diez minutos.

Normalmente Katsuki suele esperar afuera de la casa de Izuku para ir juntos a la escuela, pero el rubio es de muy poca paciencia y recuerda una vez que el peliverde no se levantó a tiempo, aquella bestia explosiva lo tiró del colchón con tanta fuerza que caminó cojo varios días.

Cuando terminó de bañarse se puso su sencillo uniforme y bajo a desayunar, pero ahí en el comedor se encontraba el rubio con sus cejas fruncidas en disgusto.

-Idiota, llevo esperándote hace como cinco minutos, ¿sabes la hora que es?- El mayor a molesto agarró a Izuku por la camisa arrastrandolo a la salida del hogar.

-Esperaaaa Kacchan, no me comi mi desayuno-

-No te preocupes por eso Izuku- Apareció Inko cerca de ellos para despedirlos- Como tu tardaste tanto en bajar le di tu desayuno a Katsuki, puedes comprarte algo en la escuela si te da hambre.

-Pero ya tengo hambre, mamá- Se quejó cruzado de brazos.

-Lo siento cariño, para la próxima vez no veas series hasta la madrugada y levantate temprano- Le dio una sonrisa a su hijo y empezó a empujarlos a la salida- Vayan que se hará más tarde.

Y era cierto solo les quedaban alrededor de cinco minutos para llegar, por lo que ambos chicos emprendieron una carrera hacía la escuela.

El peliverde recibió varias miradas de confusión por quienes le veían correr, pues corría con las rodillas muy flexionadas y los brazos extendidos hacía atrás, nada común.

Después de unos siete minutos de correr a lo McQueen llegaron al instituto, pero este lamentablemente ya tenía sus puertas completamente cerradas

-No ahora por favor.

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