Debo reconstruirme a partir de las migajas de corazón roto en que me has dejado.
Soportaré el sol entre mis dedos, la tierra injertándoseme en las venas.
Agua de rocío y minerales carcomiéndome las uñas, abriendo zurcos en mi cama.
Deberé caminar para estirar las lágrimas, antes de que golpeen con sangre el cristal de mis manos.
Y así me perderé en silencio en un bosque de olvidos,
consumiré la carne que me queda y acabaré con esta farsa.Para que a partir de nada vuelva a reinventarme; logre sublevarme.
Porque esta dictadura del dolor
no me engaña,
diga lo que diga,
soy más fuerte que ella.