Comer

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Yo no soy de comer mucho, ya saben, dietas, comer sano, calorías adecuadas y eso. No sé a quién engaño porque yo soy como una aspiradora cuando cómo.

Una vez mi novio (no el de la depilación, otro, yo siendo diva pues obvio he tenido muchos novios) me invitó a comer. Yo pensaba que me voy a contener y no le voy a mostrar mi furia interior pero no resultó así. Al llegar allí todo olía tan bien.

Mi vista se nublo y yo sólo seguí mi instinto. Obviamente él se asustó porque parecía que yo era un agujero negro tragando todo lo que aparecía en la mesa. Al final le deje porque aunque él aceptó mi apetito feroz, yo no acepté que él no supiese cocinar.

En general saber cocinar es mazo de importante para una persona. Yo siempre ando con esas recetas raras de internet que la mayoría de las veces salen mal y mi madre tiene que limpiar las sartenes quemadas y todo porque como lo limpie yo, la cagare aún más.

Cuando me independice el primer mes cocinaba de todo. Comía todo lo que me daba la gana pero entonces llegaron esos días en los que estás tan cansada que no quieres ni levantarte del sofá. Es ese momento llegó la comida precalentada a mi vida. Es decir, yo no solo comía todo precalentado, también pedía comida por internet. Como os imagináis, todo muy sano claro (sarcasmo).

Así que gente, ya sabéis, escuchéis a vuestras madres cuando os explican cómo cocinar algo porque luego lo único que sabéis hacer son fideos Yatekomo.

Pensamientos en voz alta #RisasONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora